Los recuerdos presionado con fuerza a Cristian a veces se aparecían en sus pesadillas. Era lo que normalmente siempre lo atormentaba desde que había abandonado la guerra. Cristian no podía recordar claramente cuándo fue la última vez que había podido dormir con tranquilidad, posiblemente nunca, desde el momento en el que había dejado las armas y después de que regresó a su trabajo, o al menos a algo que se le parecía.

Logró encontrar un poco de paz, como si en el ser guardaespaldas pudiera hallar las respuestas a algunas de las preguntas que más lo atormentaban: como el “¿Por qué hago lo que hago?” o “¿A qué fue lo que vine a este mundo?”. Pero, aun así, cuando se levantó esa mañana, no pudo evitar recordar las pesadillas que lo habían atormentado durante el sueño. Siempre eran las mismas: cada bala que había disparado y que había impactado directamente en la cabeza de uno de aquellos muchachos. ¿Había tenido que hacerlo, no era así? Era el pobre consuelo que se daba a sí mismo para s