— Lo sé — le dije. Fui yo la que rompió el largo silencio que vino después de la sugerencia de que usáramos las redes y toda la información pública que había para jugar en contra de Oliver — . Pero tal vez después haya tiempo para pensar en esto, necesito procesar esto primero.
Pero Isadora negó.
— Claro que no, no hay tiempo para eso. ¿Crees que en este momento no es lo que está haciendo Oliver? En este momento debe estar planeando su siguiente jugada. ¿Dónde está el otro guardaespaldas, el que supuestamente le disparó? ¿Cómo era su nombre?
— Cristian — fue Nicolás el que se volvió nuevamente hacia donde yo estaba.
— No lo sé — dijo — . Que iba a hacer algo sin algo…
Isadora sacó su teléfono.
— ¿Ustedes creen que son los únicos que tienen influencias e información, verdad? Recuerden que yo soy Isadora, hija del antiguo líder de la Navaja Suiza. Hay contactos en el mercado negro que aún me son fieles a mí. Y desde el instante en el que supe que iba a regresar, comencé a buscar