Seguí subiendo por las escaleras. La empresa era demasiado grande. Tenía muchos pisos y muchas oficinas, demasiadas áreas encargadas. Pero cuando salí al último piso, donde se encontraba la oficina de Oliver, saqué el carrito de servicios. Sabía cómo entrar a la oficina del CEO de la empresa por la parte trasera: había una puerta directa que daba a su baño, al baño privado que tenía la oficina. Era una puerta alterna; tal vez la habían creado para que la persona que hiciera aseo en el baño privado no entrara directamente por la oficina, para no interrumpir seguramente conversaciones importantes de negocios.
Aquella puerta la había utilizado varias veces para colarme en su oficina sin que nadie lo notara. No tenía cámaras de seguridad y tampoco nadie estaba muy pendiente de ella, así que eso fue lo que hice. Para evitar llamar la atención, arrastré el cubito con la trapeadora y la escoba dentro del baño y me colé en su interior. Como Nicolás había accedido por el elevador, ya debería d