ROCÍO CRUZ
¿Quién en estos tiempos aún manda cartas?
Saqué del interior lo que parecía un par de hojas dobladas y una fotografía. Al verla más de cerca lo reconocí a él, muchos años más joven, abrazando a la chica de la que había hablado. Parecían una linda pareja, llena de ilusión, él se veía tan diferente, tan vivo, y ella… bueno, era imposible negar el parecido con Lucien; cabello negro, ojos turquesa, piel pálida… pero con más alegría y menos soberbia.
Pensé en lo que me había contado Alexei. ¿En verdad la había mandado a matar? No lo sé, yo quiero mucho a James y si él terminara con otra mujer, me dolería, le mentaría la madre cada vez que pensara en él y tal vez rezaría para que se le cayera el… bueno, en pocas palabras estaría triste, pero no al punto de querer matarlo, que sufra, pero no que muera. ¿Me explicaba?
Desdoblé la carga y leí la primera línea: Mi amada Anna. No continué, era algo tan personal y sentía que no me correspondía a mí.
Más triste de lo que había llegado,