SHAWN ROBERTS
Matar a mis compañeros, aliarme con gente peligrosa y traicionera, y convertirme en un paria para mi familia, no fue precisamente lo que buscaba. El dinero y el peligro no fueron suficientes, y las consecuencias opacaron cada centavo que gané.
—Ten cuidado con lo que pides, porque se puede hacer realidad —dije con media sonrisa y tragué saliva antes de terminarme el café. Entonces posó su mano sobre la mía, como si supiera que algo estaba mal—, pero apuesto que si tú luchas por lo que te hace feliz tendrás menos consecuencias de las que yo tuve. Tus sueños y los míos son muy diferentes, parecen menos destructivos.
—¿Puedo saber cuáles eran tus sueños? —preguntó apoyando su mejilla en su mano, como si esperara un largo relato con ansias.
Entonces me di cuenta de que los minutos se habían transformado en horas y lo que iba a ser un coqueteo y tal vez una noche de sexo, se había convertido en una plática profunda, un par de cafés y una noche bohemia.
Dejamos las triviali