LUCIEN BLACKWELL
La pelirroja presionó el segundo botón de su blusa antes de dar un suspiro y relajar la postura.
—La reunión con el auditor terminó —dijo con esa voz cantarina y una sonrisa que parecía practicada. Entonces su mirada regresó hacia Carter, lo recorrió de arriba abajo con lujuria y me mordió el labio, mientras mi estoico ayudante permaneció con la frente en alto, el gesto serio y la mirada al frente. Sin dejarse intimidar.
—Emisaria, te recomiendo que ponga sus ojos en otro objetivo. Este chico ya está domado, y mira que es difícil de lograr —dije con media sonrisa, acomodándome el saco.
—¿Domado? Qué triste —susurró con media sonris