SHAWN ROBERTS
—Oye guapo… no deberías de estar tan solo —dijo Gina acercándose a mí. Podía sentir la lástima impregnando cada una de sus palabras. Solo sonreí, antes de darle un trago a mi bebida—. Esa chica te trae muy mal. Nunca te había visto así.
Posó su mano en mi hombro y provocó que un apesadumbrado suspiro escapara de mi garganta.
—Nunca sentí algo tan real —contesté antes de voltear hacia ella. Intenté sonreír, pero mi gesto fue insípido y sin alegría—. Hubo un tiempo en el que imaginaba que tendría una vida correcta y hermosa. Que sería un soldado que regresaría a casa para ver a su esposa y a sus hijos. Un orgullo para su patria, para sus padres y para su esposa.
»Cometí errores, fui ambicioso y pensé que esto sería mi vida. Servir a Ashford y a su familia. Ganar dinero, el suficiente para retirarme cuando fuera viejo. Tener un remolque en el que me aislaría hasta que un día alguien me encontrara muerto dentro.
—¡Vaya! Qué expectativas tan… «altas» —dijo Gina con una ris