Pasado
La niña de seis años caminaba junto a su madre con una gran sonrisa en la cara, ya que era la primera vez que ella era llevada a un parque.
Quizás su progenitora estaba cambiando su forma de ser y dejaría de llorar, maldecir y golpearla. Tal vez podría ser una niña normal y que su fantasía de ser tratada con amor se convirtiera en una realidad, desde ese entonces.
Sus ojitos verdes brillaban por la emoción y todo su ser desbordaba una alegría, que no era común ver en la pequeña.
—¿Quieres algodón de azúcar? —le preguntó la adulta con una amabilidad que sorprendió a la chica, pero que la puso muy feliz.
¡Su madre había cambiado!
Aquella tarde, sin duda alguna, fue la mejor de su vida; donde compartió con una madre divertida, complaciente y muy cariñosa. Aparte de que comió todas esas delicias de las que solo veía a otros niños degustar y jugó como no recordaba lo había hecho antes.
El atardecer era hermoso, en un tono arrebol que decoraba la puesta del sol y que resaltaba a las