Arquímedes Braw, es un alfa hechizado hace más de 550 años... Cuando era solo un cachorro, era un niño común y corriente de su manada. Pero al cumplir los 18 años se volvió un joven rebelde y descontrolado que comete el terrible error de jugarle una mala broma a la matriarca de la manada. Junto con sus amigos se metieron con la anciana quien los pillo en plena travesura. Está anciana quien la tomaban por bruja, enojada lanzó un hechizo sobre el joven alfa, convirtiéndolo en un lobo común y corriente. La desgracia había llegado esa noche a la familia Braw. El pequeño lobo terminó siendo exiliado de su manada la cual aspiraba a ser el nuevo alfa. Recurriendo a refugiarse en el bosque, este lobo busca la manera de sacarse ese hechizo, y en medio de su trayecto conoce a una joven llamada Chantel Donawall quien resultó ser su luna y también la única quien tenía en su poder de anular el hechizo impuesto sobre él. A este alfa le cuesta mucho declarar su naturaleza a su luna puesto que ella es una humana, realmente temía ser rechazado por ella y si eso ocurría, jamas iba a regresar a su estado normal. Su vida dependía de esa frágil y hermosa humana...
Leer másLa luna estaba llena esa noche… era tan plateada, con esa aureola alrededor de un color azul intenso… iluminando toda la manada llamada Eclipse... Este pequeño pueblo lleno de una comunidad de lobos se encontraban a muchos kilómetros de la civilización de Alaska, rodeado de altas montañas cubiertas por la nieve y enormes pinos.
Dentro de una casa de dos plantas los gritos desgarradores de una mujer se podia oír más allá de los territorios de la manada… una joven y futura madre se disponía a dar a luz a su primer hijo. El hijo del Jefe.
La partera ya estaba en casa para prestar sus servicios de ayudar a la novata madre de traer al mundo al hijo del Alfa.
—Puja con fuerza Lorena. Le apremiaba.
Ella gritaba por tanto dolor, traer al mundo a un hijo por primera vez era un trabajo realmente difícil. Pero Lorena era una loba fuerte, terminaría con éxito su trabajo.
Luego de unas largas y tediosas seis horas, al fin la madre escucho el llanto de su pequeño hijo. La matriarca lo sostuvo entre sus manos para terminar acercándolo a la nueva madre.
—¡Oh! Es precioso. Dice.
Pero la anciana mira al recién nacido quien lloraba a cántaros… en la manada se decía que la vieja tenía ciertos poderes, era una especie de (bruja) pero los lobos por respeto y otros por miedo le llamaban la matriarca. Desde luego, está era inofensiva, nunca le hacía daño a nadie. Más bien ayudaba a las madres a traer al mundo a sus cachorros.
Pero esa noche la anciana vio algo en los ojos de aquel niño que acababa de nacer, sabía que sería un dolor de cabeza para la manada… claramente pudo ver toda la vida del chico. No se preocuparía por eso de momento.
—¿Puede decirle al alfa que entre?
—Por supuesto mi señora. Recuerde cuidarse.
—¡Lo haré! Está sonríe con la frente sudorosa. —Gracias matriarca por ayudarme a traer al futuro líder de la manada.
[...]
Diesiocho años después…
—Cuantas veces tengo que decirte que te comportes Arquímedes. No actúes como un infantil, tu serás quien siga como líder después de mi ¿Acaso eso no te importa?
—Padre… yo.
—No. No… tú y esos chicos, que solo son una mala influencia ¿Quieres terminar como un bueno para nada? ¿Eso quieres?
—No. Pero ¿Que quieres que haga? Apenas tengo 18 años. No seré Alfa hasta cumplir los seis cientos años padre, joder no me molestes. Funce el ceño.
Su padre lo mira con ojos severos, Henry Braw era un gran líder… responsable, quien velaba por el bienestar de su gente. Este no toleraba el comportamiento inadecuado de su hijo.
—Hijo, necesito que te concentres. Quiero que seas más responsable.
—¡Lo sé! Este se levanta de la silla donde era sermoneado. —Solo que, me abrumas con tanto entrenamiento y siento mucha presión por esto de ser alfa.
—Para eso naciste Arquímedes. Sentencia su padre. — Y te guste o no, serás el lider.
Henry se marcha dejando a su hijo solo en la cocina de su casa. Este chasquea la lengua en señal que le molestaba el hecho de que su padre le daba muchas responsabilidades. Tan solo él era un joven que apenas descubría su fuerza.
Camino hasta el frigorífico, saco el zumo de naranja bebiendo directamente de la botella.
—Te dije que usarás vaso. Este medio escupe el juego.
—Madre…
—Te merecías el regaño. Tu padre quiere lo mejor para ti, quizás lo que te hace falta es a tu complemento.
—No empieces madre.
Pero quizás si tenía razón, después de convertirse en lobo por primera vez nunca llegó a él ese aroma peculiar que le indicaria quien era su luna… así le llamaban los lobos a su pareja de por vida. Por más que la buscase en toda la manada y sus alrededores nunca llego su olor.
—Ya me voy madre.
—No te metas en problemas Arquímedes.
Salió al exterior transformándose en un enorme lobo negro de ojos azules, perdiéndose por el camino hacia la montaña.
Por la noche Arquímedes se reunió con sus "supuestos amigos" uno de ellos decidio ir a jugarle una broma pesada a la anciana matriarca convidando a los demás, que aceptaron de inmediato.
Pero a mitad de la broma la anciana los pillo pintando las paredes de su pequeña casa que se encontraba situada en el bosque. Todos quedaron sorprendidos en cuanto la vieja los sorprendió haciendo travesuras de cachorros. Entre todos esos jóvenes la anciana enfoco solo a Arquímedes.
Este la miró fijamente y de la nada la vio sonreír… la observó levantar su mano arrugada en dirección hacia él, fruncio el ceño cuando la escucho pronunciar unas palabras en una lengua que no conocía.
—¿Que hace esta vieja? Dice uno de los jóvenes.
De pronto Arquímedes siente una sensación muy extraña recorrer todo su cuerpo, desde la planta de sus pies hasta la cabeza.
—¿Que me pasa? Dice el muchacho paralizado.
—Te he hechizado pequeño cachorro hijo del Alfa.
—¡¿Que?! Vieja bruja ¿Que me hizo?
—Durante el día seras un simple y débil lobo domestico, llevarás la vida de un perro. Y por las noches cuando la luna salga regresaras a tu forma humana.
—No… quiteme este hechizo vieja loca. Mi padre la...
—Solo podrás deshacerte de el cuando encuentres a tu luna… una pura, y ella debe entregarse a tí en cuerpo y alma, ella debe enamorarse de corazón. En cuanto completen el ritual tu hechizo desaparecerá volviendo a ser un lobo. De lo contrario vagaras llevando ese hechizo contigo por toda la eternidad.
Y dichas aquellas ultimas palabras el joven lobo cae al suelo completamente inconsciente...
Chantel corrió en busca de una manta para que Arquímedes pudiera cubrirse y así ella no tuviera más mini infartos.—¿Cómo es que estas aquí? Termina por preguntar.—Nunca deje de pensar en ti, has estado metida en mis pensamientos todos los días desde que te fuiste.—Arquimedes…—¿Es mi bebé? Sonríe tiernamente. El no deseaba que ella le volviera a decir que no lo quería en su vida.—Si. Responde posicionando sus manos en el vientre. —¡Es tu bebé! Sonríe.
Por la noche llego a su apartamento, encontrándolo sumamente frío y desolado. En cuanto entraba en calor sintió que sus huesos comenzaban a fortalecerse. Tumbada en la cama mirando hacia el techo se pregunto.—¿Qué voy hacer? Dijo en voz alta. —De seguro ya no tengo empleo, y con mis ahorros sobreviviré un par de meses. Se decía.Pero a pesar de las preocupaciones de su vida mundana, de su cabeza no se salía ese lobo. ¡Dios! Pensó, era tan doloroso estar enamorada de una persona que resulto ser tan inalcanzable. Aunque los padres de este chico habían sido los que la rechazaron y ya no estaban, no significaba que el resto de su gente la aceptará.Lamentablemente no podía cambi
Poco a poco abría los ojos, le dolía hacerlo pero era necesario ya que quería saber dónde estaba metida. Lo primero que vio fue el leve oleaje de una cortina blanca medio transparente. Colgaba desde el techo hasta arrastrarse por el suelo. Chantel se quedó así por lo que fueron unos segundos, hasta fijarse en otra cosa.Parecía que estaba nevando… a través de la cortina de chifon pudo notar la ventana semi abierta y ver copos de nieve caer. Con razón sentía muy mucho frío. Se dio la vuelta pillando que se encontraba en una enorme habitación.Intento incorporarse pero un dolor agudo en su muslo se lo impidió.—¡Mierda! Exclama. Básicamente era lo mismo que había vivido en sus sueños… pero ahora se había vuelto realidad. Aquel lobo caminaba hacia ella, con las orejas gachas y mostrándole aquellos enormes y afilados colmillos. Parecía decidido a matarla o lo que sea que pasará por su cabeza.No veía escapatoria alguna, nada más que rezar para que alguien la rescatará. Su mente solo pensó en Arquímedes, deseando que estuviera allí para que la salvara de un horrible ataque.[...]Arquímedes junto con el beta y otros lobos más, fueron en busca de Connor. Aunque sabía que era un caso perdido dado el don de su hermano. Pero al menos podrían seguir el rastro de Henry, ya que lo llevaba impregnado en su cuerpo. LoCapítulo XXVIII Contra el Consejo
Lorena entra en su casa preocupada por el paradero de su hijo. Su esposo hacia mucho que había salido a buscarlo pero aún no regresaba, ninguno de los dos.La mujer se disponía a subir a su habitación cuando un aroma familiar llegó a ella… ¿No era posible? Aún era de día, entonces sonrió. Su hijo había regresado a ser un lobo. La reconfortó saber que esa muchacha lo amara ¿Pero que pensaria el consejo sobre ella?Henry era el Alfa, pero existían reglas que debían cumplirse. Unirse a un humano era penado, y más si llegabas a marcar a esa persona. De pronto el aroma de Henry llegó a ella, innundo toda la casa.—¡Hola madre! Henry corría en su forma lubuna por el bosque, ya estaba muy alejado de la manada. Pero el tenue aroma de su hijo lo había llevado a ese lugar, se pregunto ¿Porque se había ido tan lejos?Al llegar a una colina el aroma desapareció… justo lo que sospecho, cuando Connor había nacido la matriarca le dijo que su hijo había heredado un don. Y este era el poder de ocultar su aroma. Volviéndolo un arma de doble filo.El alfa atento y alerta miraba para todos lados. Buscando una pista que le indicará donde estaba su hijo. El viento soplaba muy fuerte creando muchos sonidos fuertes, pero el ruido de una rama quebrarse a sus espaldas lo hizo girar.Todo parecía en calma, y no haCapítulo XXVI El Alfa Asesinado
Último capítulo