Capítulo 72. Ira y descontrol.
Derek.
El convoy de vehículos se abrió paso por la entrada del barrio privado como una amenaza silenciosa. Sirenas apagadas, luces parpadeantes y una tensión que se podía cortar con cuchillo. Derek iba en el asiento delantero de la camioneta principal, con Alan detrás de él y Alessandro en otro vehículo junto a los agentes.
El corazón le golpeaba el pecho como un tambor. Cada metro que lo acercaba a esas casas era un paso más hacia la verdad.
El guardia de la entrada había quedado paralizado al ver la comitiva de la policía. No había objeción posible: las órdenes de allanamiento eran claras. Derek ni siquiera le dirigió la mirada al pasar.
Cuando llegaron frente a la mansión de sus padres, todo se desató.
La puerta principal se abrió de golpe y su madre salió como una fiera herida, gritando al ver a los agentes que rodeaban la propiedad. Vestía uno de sus trajes caros, su cabello impecable, pero su rostro estaba desencajado de indignación.
—¡¿Qué significa esta humillación?! —vocifer