Capítulo 73. La cacería ha comenzado.
Ellen.
El reloj en la pared parecía moverse con crueldad. Cada minuto pasaba lento, pesado, como si el tiempo se burlara de ella. Ellen no recordaba cuándo había sido la última vez que durmió o comió algo más que una taza de café frío. Laura y Greta la acompañaban en la oficina de Winston Couture, tratando de mantenerla ocupada, pero nada servía.
Todo lo que podía pensar era en Nathan.
En su carita redonda, en la forma en que se aferraba a su peluche antes de dormir, en el modo en que pronunciaba con ternura las pocas palabras que sabía.
Su bebé estaba allá afuera.
Y ella estaba aquí, esperando.
El sonido del teléfono rompió el silencio. Ellen lo tomó de inmediato, con las manos temblorosas. Era Alessandro.
—¿Qué pasa? —preguntó, sin preámbulos.
Del otro lado, su voz sonaba tensa, más grave que de costumbre.
—Tenemos noticias de los peritos, amore. Encontraron una huella importante dentro del vehículo.
Ellen contuvo la respiración.
—¿De quién?
Alessandro dudó unos segundos, y ese sil