Capítulo 12

Alexander.

Cuando terminamos de cenar, Bianca y yo decidimos dirigirnos a la suite. Ambos estábamos de acuerdo en pasar la noche, algo que, en el pasado, habría evitado a toda costa con otras mujeres. Nunca fui de esos hombres que disfrutaban compartir mucho tiempo con una mujer. Pero Valentina Lombardi... ella era diferente. Había algo en ella que me desarmaba por completo, algo que no podía identificar pero que me hacía desearla en cada fibra de mi ser. La quería cerca, bajo mi piel, todo el tiempo.

Al llegar a la recepción, dejé la tarjeta a la recepcionista. Ella me miró de reojo, con esa expresión de desaprobación que no se molestaba en ocultar. Me di cuenta enseguida de que recordaba a Bianca de la vez anterior que la deje sola y me fui en la madrugada. Me incliné hacia ella con calma, pero con firmeza:

—¿Algo le molesta, señorita?

—No, señor. Disculpe —respondió, incómoda.

—Entonces aprenda a disimular y a atender bien a los clientes. Me imagino que para eso se le paga.

Bi
Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App