— Deberían volver —dijo, sonriendo como si fuera lo más lógico del mundo—. Ustedes juntos… eran felices, ¿no?
Jessy se quedó en silencio. El comentario de su hijo la paralizó. ¿Volverá con Adriano? ¿Después de todo lo que pasó? ¿De aguantar años de sufrimientos e infidelidades? Miró a Adriano, que mantenía su sonrisa suave, como si la idea no le resultara del todo desagradable.
—Ethan, cariño… —empezó a decir Jessy, pero se detuvo.
Adriano aprovechó el silencio para intervenir.
—No es tan mala idea, Jess. Podríamos intentarlo. Empezar de nuevo. Estoy mucho mejor ahora y me va muy bien...además tu también te ha esforzado algo y te verás mejor a mi lado.
Ella lo miró con seriedad, y luego bajó la vista al regalo. Lo destapó y se quedó mirando el regalo en sus manos.
—Adriano, esto es demasiado. Debió ser carísimo. No puedo aceptarlo.
—Por favor —insistió él—. No es por el valor. Es porque quiero que tengas algo bonito, algo que te recuerde lo hermosa que eres. Que dices...¿quieres volve