Mi cumpleaños número dieciocho llegó más rápido de lo que esperaba.Aunque ya me sentía un hombre cuando me veía el bello púbico en la base de mi pene y bello en mis axilas, desde que tenía 14.No era una gran celebración, solo una cena en casa con mi familia y algunos amigos. Pero lo que realmente me pareció fue el regalo de Jessy.Me entregó una caja envuelta con un lazo azul y, cuando la abrí, encontré un elegante reloj de pulsera. No era ostentoso, pero tenía un diseño sobrio y masculino, justo mi estilo.—Feliz cumpleaños, Peter —me dijo con una sonrisa cálida—. Espero que te guste.—Es perfecto —respondí, desabrochando la correa para ponérmelo de inmediato—. Gracias, Jessy. Lo atesoraré siempre.Mis padres notaron el entusiasmo con el que admiraba el reloj y, poco después, se mostraron sorprendidos cuando les dije que quería buscar trabajo. No lo entenderían; Creía que debía disfrutar de mi juventud antes de entrar a la universidad, pero yo tenía otro motivo. Quería devolverle e
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