Capítulo 233.
Harper bajó del escenario como si todo hubiera sido un juego bien ensayado. Y no algo que la hizo apretar el paso para buscar a Isla, quién ya estaba yendo con ella.
Entre las meseras, una mujer con una peluca rubia y lentes de contacto, Zorina se mantuvo en la oscuridad, evitando cualquier contacto con las luces, pues su disfraz podía fallar y haber entrado por un conducto desde un camión que llegó por la basura hacía minutos no le iba a impedir ser llenada con plomo.
—Tantos millones, solo por mantenerla en su jaula —murmuró, girándose cuando el capitán de meseros apareció para asegurarse de que no cometieran errores.
—No. —Valente miró con desagrado al hombre que sacaba un cigarillo mientras traabajaba—. La pagó… para que nadie más la toque. Los enamorados suelen ser muy obsesivos.
La llamada entrante lo distrajo, pues al reconocer el número del intermediario ruso supo que este esperaba su paga. Y ante datos tan precisos, no iba a negarlo.
Dentro del edificio, Harper c