Capítulo 256.
—Olvidé preguntarte si te gusta el maracuyá, pero si no, puedo hacerte uno diferente — Keyla mostraba la bandeja con el mini queque. Harper sintió su saliva volverse más liviana—. ¿O tal vez eres alérgica? Debí haber preguntado.
—No soy alérgica— contestó la pelirroja tomando un poco con una pequeña cuchara. Keyla simplemente la observó, cerrando los ojos al probar el postre que se había tomado el tiempo para prepararle. —Está exquisito.
Decir solo eso era cometer blasfemia, pero Harper estaba ocupada devorándolo. Y las palabras no hacían falta para hacerle saber a su suegra que le había encantado. Mateo solo veía el abdomen que comenzaba a notarse y con cada visita de su madre se convencía de que ellos estaban aún más ansiosos de conocer lo que había en el vientre de su mujer.
Joseph solía repetirlo en cada reunión en la que hubiera alguien que no lo supiera y su madre se encargaba de preparar todo lo que Harper siquiera mencionara o viera por más de dos segundos.
Harper no solía r