Capítulo 254.
Los privilegios en Aegis o el clan mismo también se ganaban y todo lo que tenía a su disposición lo podía perder, si en lugar de usar la cabeza en ese sitio, iba solo a abrirle las piernas a su marido.
Pero ni siquiera había ido a eso. Lo buscó en la mañana para un tema que aún no sabía cómo expresar...no lo podía ni siquiera pensar sin sentir ese agujero en el estómago.
Luego para decirle sobre lo que quería...y ni un tema ni otro pudo manejar al tenerlo así de ansioso por ella. Como si supiera que lo necesitaba más que nunca. Pero eso no justificaba que su accionar pudiera tomarse como falta de compromiso a su cargo. Porque no era así.
Aunque, lo que para ella era una preocupación, para Mateo no era más que algo insignificante. Y lo hacía saber al caminar con Harper de la mano fuera de su oficina. Con ese andar despreocupado, solo limitado por la tensión en su costado, dejaba claro que lo que hiciera su mujer no debía importarles, ni tenían por qué interesarse en averiguarlo.
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