Capítulo 153.
La pelirroja se colocó el abrigo oscuro de nuevo al atravesar la puerta con el nombre del especialista que la atendió, Horus no se le separaba y con Rangda a su lado supo la razón del por qué la veían tanto. Nadie era tan tonto para acercarse con un rottweiler que presumía su tamaño paseándose a su lado, sabiendo el temor que infundía. Y por si fuera poco, una serpiente que se mantenía erguida cuando alguien se sentaba a su lado.
Marek y Beagle eran los únicos que podían quedarse a su lado sin sentir que en cualquier momento uno de los dos iba a atacar.
—Mi jefe quiere saber si ya terminó la reunión con el directivo—, mencionó Beagle confundido porque el lugar no era ninguna academia, ni se había reunido con nadie—. Dijo que iría a Aegis, que si iba hacia allá también, se encontrarían.
—Tú jefe es un obstinado—, acomodó las solapas del blazer—. Tiene diez días fuera del hospital y ya quiere regresar a trabajar. Debería imponer un bloqueo a sus accesos.
—No le puedo decir eso—, Beagl