Mundo ficciónIniciar sesiónEscapando del infierno de la familia Krauss, casi muero, pero, la Diosa Luna me dio una segunda oportunidad, una que me llevó al territorio del alfa supremo más conocido como Lucifer por la maldad con la que actúa. Él puede ser mi aliado, pero, ¿Cómo puedes aliarte a una dinamita sin control sin sufrir en el proceso? Lucifer es alguien malvado, pero, con el suficiente poder para controlar y hacer pagar a los Krauss, por eso, debo aferrarme a este demonio, pero, ¿Qué me pedirá él a cambio? — Si puedes sobrevivir a mí y darme un heredero, puedes disponer de lo que tengo para vengarte de quien desees. Pero, si me haces perder el tiempo, desearás volver con tu estúpida familia, ¿lo comprendes, angelita? — pregunta Lucifer con esa aura perversa y esa mirada carente de emociones positivas. ‘¿Es buena idea aliarme con un hombre así? ¿La cura será mejor para lidiar con esta enfermedad?’ me pregunto mentalmente preocupada.
Leer másMiro el lugar que era mi casa, la que siempre ha sido el supuesto hogar donde crecí, pero, para mi desgracia, nunca ha sido un hogar. Nunca lo he sentido así. Pero, no tengo a donde ir, siendo una loba sin la posibilidad de convertirme en una no es algo agradable.
Soy la hija ilegitima del clan Krauss, la perfecta familia de alfas donde yo solo soy una omega que no puede convertirse en lobo. Soy el error de mi padre con la hija del jardinero y lo último en la escala de buen trato o algo bueno que dar. La casa donde vivo cuenta con más de treinta habitaciones, pero, yo duermo en el establo. Soy la parte terrible y más sufrida de cenicienta y otras mujeres de la vida real que deben conformarse con comer sobras y no poder escapar de su sufrimiento, porque a donde voy soy regresada por el cabello siendo arrastrada por todo el camino bien sea por mis hermanos, mi madrastra o mi padre quien escasamente me mira. Pero, hoy ya no puedo tolerarlo más. Hoy pienso marcharme sin mirar atrás, hoy he fingido mi muerte mientras me impregno con el olor de las heces de la vaca para así no ser rastreada. — Aquí estás, mi pequeña perra. — dice Leonard lanzándome una patada en el estómago. — Sigues intentando escapar, cuando sabes que tu final es este… el precio de ser la bastarda nunca podrás evitarlo. — dice Elmer listo para agredirme. — ¿Cómo…? Ni siquiera sé que decir, porque la pregunta no formulada se ha resuelto. — No le pegues, suficiente tiene con tener que pagar el daño de mi propiedad. — dice María, mi supuesta mejor amiga, esa en la que tontamente confíe y ahora estoy pagando el precio. — Tú les dijiste. — Sí, es que ya me aburrí de fingir ser buena cuando serás mi saco de boxeo cuando este aburrida… cuñada. — dice María abrazando al peor de mis hermanos, ese que siempre me patea cada vez que puede. ‘Debo escaparme de este maldito infierno.’ Me digo mentalmente sin saber si puedo sobrevivir a algo así. Cuarenta y cinco son las veces en las que he intentado escapar de este maldito lugar, pero, cada vez que escapo, no es posible para mí marcharme. Ya que, estos malditos lobos tienen un olfato muy bien desarrollado y al yo tener limitantes, soy fácil de capturar. Por eso, mi única salida es la muerte. Una que no pienso hacerlo de forma literal, ya que, no quiero darles el gusto. Así que, solo me quedaba escapar, por eso, incendie el establo como María me recomendó… la traicionera María. Pero, confíe en quien no debía y por eso, ahora veo como el establo está en llamas y yo llena de heces, sin la posibilidad de poder marcharme por el bosque usando la ruta que María me ayudó a encontrar, porque es evidente que ellos van a saber por dónde intentaré escaparme. ‘Esta vez tenía todo para escapar, pero, deposité mi confianza en quien no debía.’ Me digo mentalmente. Corro tan rápido como puedo lejos de la propiedad de los Krauss, implorando que esta vez todo sea diferente. Así que, aferrándome a esa idea, corro lejos de su dominio, implorando que la manada vecina me salve, pero, no es posible, porque aunque ellos no corren al mismo tiempo que yo, son capaces de alcanzarme rápidamente, mientras el crepitar del fuego consumiéndolo todo continua. La risa de ellos es una tortura para mí, porque sé que mi desespero por huir les divierte. Es mi dolor el que tanto les estimula. La maldad que esconden de los demás, solo es mostrada para hacerme daño. — No puede ser posible. Debe haber un error. — digo corriendo cada vez más rápido, pero, ante mi limitada destreza corriendo por no poder transformarme en loba, soy alcanzada rápidamente por los lobos que han sido mi pesadilla viviente todos estos años. — Aquí está la perra deforme. — Soy loba, si vas a insultarme, hazlo con la propiedad correspondiente. — digo mirándolo con un odio que escasamente puedo controlar en mi corazón. — Entonces, ¿decidiste que era momento de escapar por duodécima vez? — pregunta Leonard sonriente. Para ellos soy un chiste… el entretenimiento que pueden herir a su antojo porque soy de su propiedad y ya estoy cansada de esto. — Creo que son más que veinte veces en las que hemos jugado a las atrapadas. — dice Elmer y yo intento esquivarlo y correr lejos. Pero, rápidamente me atrapan. — ¿A dónde vas mi pequeño juguete? — pregunta Elmer. — Por favor, déjenme ir. Me han tenido cautiva por veinte años, es momento de marcharme. — digo llorando. Mi hermano, esos que se supone que están para protegernos, me lanza una patada que me saca el aire por completo, ni siquiera sé cuántas veces he sido golpeada por ellos, pero, nunca es suficiente. Por eso, me levanto con angustia y camino hacia el precipicio. — Si quieres liberarte de nosotros, muere de verdad, Angela. Solo así podrás ser libre. No quiero darles ese gusto, pero, siento que ya no puedo más. La única amiga que creía de mi lado, ahora me observa con desagrado y repulsión. No tengo algo más que hacer, es momento de terminar con esto. — Está bien, eso haré. — digo lanzándome al precipicio con mucho miedo. ‘No quiero morir, pero, tampoco deseo vivir así. Diosa Luna, ayúdame, por favor.’ Me digo mentalmente mirando la luna antes de caer en la fría agua. No puedo ver, sentir o escuchar algo, solo sé que mis hermanos y María ya no están y eso es suficiente para mí. Suficiente hasta que me golpeo con una piedra y es así como abro los ojos aturdida, porque no estoy en un lugar conocido. — ¿Dónde estoy? — pregunto en medio de las grandes rocas cerca de la orilla. No hay ruido y aunque hay castillos, todo se ve terrorífico al punto que mi piel se eriza. Camino a la orilla y antes de tocar la arena seca, un gruñido de un lobo completamente negro me hace retroceder. — ¿Qué haces aquí, polizón? — Yo… ¿Dónde estoy? — Estas en la manada luna oscura y delante de ti está el alfa supremo, aunque muchos me llaman Lucifer. — dice el lobo y mi mente se apaga. Ahora si puedo decir que estoy en el mismísimo infierno terrenal.Ni siquiera pierdo el tiempo con el idiota que se aferra a salvar un pedazo de lápida y una tumba que no parece importarle lo suficiente a mi abuelo, ya que, sigue sin aparecer y su aroma no se percibe siquiera cerca.Así que, enfrentándome a este mayordomo, es que comienzo a calentar mi cuerpo para el enfrentamiento que tendremos. Después de todo, él se niega a retroceder y yo a irme de aquí como si nada.Mi esposa me necesita, si hay alguien más que requiera de mi compañía o comprensión, que se meta su requerimiento por el trasero, porque yo no estoy para tonterías sin sentido.— ¿Cómo puedes meterte con alguien que es sagrado para tu abuelo?— Mi abuela era su pareja destinada.— ¡Si ella no se hubiesen conocido, tú no estarías aquí con vida! — grita el mayordomo como si yo estuviera interesado en su lección
Se nota que mi abuelo no me toma de todo en serio, porque yo que él con todo el amor que le tenía a mi abuela, es para que estuviera aquí, pero, no me doy por vencido y por eso, continúo con las explosiones que parecen no desesperarlo lo suficiente.— Alfa líder supremo, necesito hablar con usted. — dice un hombre lobo que corre hacia donde nosotros nos encontramos.— No tengo intención de hablar con los perros falderos de mi abuelo. Así que, váyanse por donde vinieron si no quieren morir. — ordeno.— Alfa, no queremos faltarle al respeto, ¿si comprende eso? — pregunta el tonto transformándose en hombre.Es entonces cuando lo reconozco, es el mayordomo del idiota que solo sabe causar problemas, pero, no responsabilizarse de esto.— Tal parece que no tiene intención de venir. — digo suspirando con evidente agotamiento.— Alfa
Ni siquiera debo esperar dos segundos, ya que, la explosión no me da espacio para la decepción. Aunque no destruye muchas cosas, porque fue en la puerta del cementerio y solo terminó con la vida de los lobos que se atrevieron a quedarse aquí.Sin embargo, se nota que no todos entraron, porque los lobos aúllan informando sobre lo que he causado como si eso fuera lo peor.— ¿También le dijeron que mi propósito es explotar la preciada tumba de mi abuela? Y si creen que no me atrevería a hacer algo así, pregunten a otros si no soy capaz. — digo sonriendo levemente.Los tontos no lo dudan, si no que, corren a avisarle al anciano que por mucho que tenga cosas que hacer, no se atrevería a dejar que yo ofenda así al amor de su vida.— Espero que no me odies por eso, abuela. Pero, lo que menos quiero es tener problemas con mi esposa debido a la ambición de mi
Ni siquiera mando a mis lobos a corroborar esa información, porque aunque los Cappel estuvieron a cargo de este engaño y yo estaba ocupado con mi esposa, jamás debieron permitir que este ataque fuera posible.Por ello, no me concentro en solicitar apoyo de mis lobos, si no, en ordenar que estén atentos con la seguridad de la manada. Ya que, ellos no han sido buenos en su trabajo y posiblemente, han percibido el olor de mi familia en alguno de los atacantes y no se han atrevido a decirlo.Sin otra información que me interese, me levanto y dejo la comida fuera de su alcance. Sin embargo, soy consciente que necesitará más que eso para sobrevivir a mi inicio de tortura. Pero, una promesa es una promesa.— Te dejaré la comida aquí, tú decides cuando vas a comer.— ¿No está envenenada?— Aunque quiero matarte por ser tan osado intentando dañar a mi esposa, me has dado una información bastante valiosa. Así que, te dejo la comida y si aun puedes salir de aquí, adelante. — informo dejando la p
Estoy en una llamada, pero, la forma en como gruñe Angelica me dice que no va a dejar espacio a la negociación con mi familia y eso me agrada, porque si ellos consideran que le voy a perdonar una ofensa, sin duda, va a conocer la muerte.— Angelica…— ¿Eres consciente que en caso de que alguno de esos bastardos se atreva a acercarse, lo que va a quedar es un suspiro de vida si no es que mueren?— Recuerda, si quieres que sufran debes dejarlo con vida, para que así su existencia sea el peor castigo. — respondo.Ella respira profundo y después de eso, escucho como grita, aúlla y algo cae, para posteriormente escuchar el suspiro de Edward.— Soy yo.— ¿Qué ha pasado? — pregunta él confundido.— Angelica fue a disparar para calmar su enojo, pero, dudo que eso suceda por ahora.— Me lo imaginé, pero, no puedo callar una información tan valiosa. — respondo y es Edward quien suspira profundo.— ¿Por qué Angela debe sufrir por nuestras familias? ¿Acaso su poder les hace olvidar que no pueden
No hay una cosa que deteste más que la persona malagradecida que no sabe reconocer las oportunidades que le da la vida, en especial, sí es un familiar. Ya que, analizando cuántos primos me quedan, más son los dedos de una mano los que me sobran que quienes quedan con vida. Pero si la multitud va a traer caos, lo mejor es eliminar de una vez por todas el problema y para eso necesito eliminar la raíz que se ha extendido incluso donde no debía meterse. Es por eso que me marcha hasta la cocina, agarró algunos alimentos y me dirijo hasta la habitación donde he estado torturando hasta este momento al único hombre lobo sobreviviente del ataque hacia mí. — He vuelto. — ¿Va a matarme de una vez? Me he ganado eso, ¿verdad? — pregunta él con un anhelo bastante peculiar. — Pensé que me ibas a pedir que te perdonará la vida. — ¿Cómo podría pedirle algo así si ya le he confesado algo que nadie puede confirmarle por miedo a las represalias de su abuelo? Además, vivir con una pierna destruida y
Último capítulo