Pocas son las veces que he escuchado de los otros lobos, pero, de él si he escuchado que está completamente loco. Por eso, tengo preocupación por lo que pueda o no decirme o que lo llevó a ofrecerme algo así.No sé si es por la angustia o si he estado bajo mucha presión durante todo el tiempo, pero, lo que acaba de decirme, me causa mucha risa.— ¿Te estás riendo? — pregunta él como si el sonido le resultara demasiado extraño cuando es una risa común.— Sí, claro. Es lo que pasa cuando te dicen alguna broma. No creí que bromearía así para que no me sintiera secuestrada, pero, me alegra que lo haya hecho después de todo lo que he pasado.— No te entiendo, mujer. — dice él como si le estuviera hablando en un idioma extraño.Preocupada porque parece que no está bromeando, intento levantarme y alejarme, pero, aunque él no se mueve de donde está, me resulta intimidante. Es por eso, que aunque llego a la puerta, no soy capaz de abrirla y me giro para mirarlo.— Pensé que te ibas incluso sin
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