La noche anterior…
Luis Fernando, al salir del apartamento de Miranda, se sentía tan abrumado que decidió no ir directo al penthouse. La rabia y la confusión lo invadían, como un torrente que amenazaba con arrastrarlo. Cada paso que daba por el pasillo parecía pesado, como si el propio suelo se resistiera a dejarlo ir. La idea de enfrentar a Laura lo llenaba de un deseo oscuro; sentía que, si la veía en ese momento, era capaz de cometer cualquier locura. La ira burbujeaba en su interior, y la imagen de su traición lo consumía. Sentía ganas de matarla, de desquitarse por el dolor que le había causado.
Con el corazón acelerado y la mente en caos, sacó su teléfono y decidió llamar al Lic. Burgos, el fiel amigo de su padre, Armando. Sabía que él siempre tenía una palabra de aliento y que podía ofrecerle el consejo sabio que tanto necesitaba en esos momentos de turbulencia. No solo se trataba de buscar apoyo emocional; también necesitaba asesoría legal, alguien que lo guiara en medio de es