Luis Fernando tomó la carpeta con manos temblorosas, sintiendo una mezcla de ansiedad y curiosidad. En su interior llevaba el peso de una decisión que podría cambiar su vida para siempre. Al abrirla, sus ojos se posaron en el documento que estaba dentro. Al instante, reconoció el encabezado: “Contrato Prenupcial”. Su corazón se aceleró, y una oleada de recuerdos lo invadió, recuerdos de un matrimonio forzado con una mujer a la que no amaba. La firma en la parte inferior del documento era suya, pero había olvidado completamente los términos que había acordado en aquel momento. Recordaba el día en que firmaron, rodeados de amigos y familiares, todos sonriendo y celebrando lo que ellos creían que sería un amor eterno. Sin embargo, para él, aquel matrimonio había sido más una obligación que un deseo genuino. La presión de las expectativas familiares y sociales lo había llevado a dar ese paso sin realmente sentir amor por Laura. Ahora, esa misma firma parecía un recordatorio de una trampa,