Joaquín tomó la mano de Diana y la llevó con él hasta estar frente a todos los invitados.
Tomó un micrófono para iniciar la presentación.
—Bienvenidos sean todos, espero que esta nueva colección sea de su agrado, mi esposa Diana y yo les deseamos una agradable velada.
La gente aplaudió y la fiesta comenzó.
La gente observó el desfile, las joyas relucían entre las modelos, y ya muchos clientes estaban eligiendo las joyas que querían llevar.
—Son joyas hermosas, tienes un gran diseñador, mi hermano me contó que antes yo diseñaba, ¿Es cierto, Joaquín?
Joaquín sonrió, y acunó el rostro de la mujer.
—Eras la mejor, esas joyas no se comparan con las bellezas que tú realizas —dijo Joaquín con palabras cálidas y llenas de amor.
Diana sonriò.
—Joaquín, quiero pedirte que le compres una joya a nuestra hija —dijo Felicia interfiriendo entre los dos.
Diana y Joaquín estaban sorprendidos.
—¿Hija?
Felicia sonriò.
—Sé que te daré una hija, será la niña de tus ojos, Joaquín, creo que hay que decirle