—¡Debemos irnos! —exclamó Joaquín
Joaquín tomó la mano de Diana, ella parecìa ir a regañadientes.
Margot estaba en el jardín, se sentía triste, pensó que Rodolfo la había dejado plantada.
Estaba al borde del llanto, cuando escuchó una voz.
—Hola, linda.
Margot se giró a mirarlo, sus ojos se iluminaron, sonriò.
Él la abrazó.
—¡Creí que no vendrías! —exclamó
—Imposible, solo estoy aquí por ti.
—Te presentaré a mi hermano.
Margot tomó su mano.
Caminó a su lado y pronto se encontraron con Joaquín, quien llevaba de la mano a Diana, caminaban rápido, pero Margot cerró su camino.
—Hermano…
—¡¿Qué haces tú aquí?! —exclamó Joaquín mirando a Rodolfo con enojo.
—¿Se conocen? —preguntó Margot.
Joaquín vio que sus manos estaban unidas, estaba tan confuso.
—¡Claro que lo conozco! ¿Y tú? ¿De dónde conoces a este hombre? ¡Suelta a mi hermana, Rodolfo Larson!
—¡Él es mi novio! ¿Larson? —exclamó Margot soltando al hombre, le miró sorprendida—. ¿Tú…? ¿Eres un Larson?
Rodolfo la mirò aturdido.
—Sí, Diana