8. Es un ángel que nos cuida
Catalina
Un desastre, en eso se resume la conferencia que se supone sería mi puente para abrirme paso en Nueva York, y aunque sí conseguí hacerme con al menos tres clientes, las miradas curiosas, el cuchicheo y la forma en que la gente empezó a hacer juicios relacionandome con los San Román atrajo un tipo de atención que no estaba buscando.
Eso además del hecho de que Julian está furioso.
—¡No entiendo por qué demonios quieres quedarte!
Una punzada me atraviesa la cabeza al escuchar nuevamente el reproche, pero aunque me siento molesta porque no me comprenda, yo si lo entiendo a él.
Me está cuidando, es lo que siempre hace, pero necesita entender que ahora mismo es momento que libre mis propias batallas.
—Julian, sé que me quieres proteger, pero sabías que este momento llegaría y estoy lista para enfrentarlo, necesito que me apoyes aquí.
—Te apoyo, cariño, pero todo esto es… no lo comprendo, esto solo va a hacerte daño, asi que dime la verdad ¿Es por él?
—¿Qué? ¿Por Gabriel? —replico c