7. Es la... CEO
Gabriel
Prometida.
Prometida.
Prometida.
La palabra se repite en mi cabeza como si se estuviera burlando de mí. Y aunque no debería importarme —han pasado años y yo también estoy con otra persona, aunque no por amor— debo admitir que me revienta verla con Julián.
¿Qué derecho tiene ella de meterse con alguien de mi familia luego de lo que hizo?**
No solo fue mi amante. Fue mi mujer, mi confidente, y ahora me dice que va a casarse con mi hermano, como si lo nuestro no hubiera significado nada.
Mis ojos van de él a ella, y la rabia crece. Ella me mira como si yo fuera un extraño, como si no me hubiera suplicado que la creyera, como si yo no hubiera significado nada.
—¡No lo puedo creer! —espeto, bajando la voz para no hacer un escándalo—. ¿Esto es una provocación, Catalina? ¿Vienes aquí con mi hermano a restregármelo en la cara después de todo? Esto es bajo, incluso para ti.
Veo cómo su indiferencia vacila por un segundo, pero luego levanta la barbilla con esa arrogancia suya.
—¡No tiene