Gabriel
El agua caliente de la ducha se escurre por mi cabello y me moja todo el cuerpo pero no hace nada para aliviar la tensión que me llena.
Decir que tengo la cabeza hecha un desastre sería quedarme corto.
La conversación con mi padre me destrozó la mente y el cuerpo a niveles que ni siquiera puedo describir, pero lo peor no es eso, sino que él me pidió que no enfrentara a Elena, al menos no ahora.
Pero ¿Cómo espera que no haga nada? ¿Cómo espera que no quiero encerrarla y hacerla pagar?
Y lo que dijo sobre mi madre… la verdadera.
Dios si todo es cierto, entonces Elena nos ha jodido la vida a todos desde hace demasiado tiempo.
Pero él tiene un punto al decir que solo tenemos conjeturas, pero no pruebas.
Lo cierto es que en estos momentos mi confianza solo se encuentra en aquellos cercanos a mi y es justo por eso que sin decirle nada a nadie pedí el traslado a otra clínica y ahí me encargué de que el médico al que Emma sobornó y que ahora parece tenernos terror, me recomendara a un