45. No he sido yo
Gabriel
Salgo de casa tan pronto como puedo.
No consigo sacarme de la cabeza la imagen que me recibió al despertar: el rostro de felicidad de Emma, yo desnudo, la cama hecha un desastre y ella diciendo que no hemos perdido la chispa.
¡¿Cuál chispa, joder?!
Intento recordar algo de anoche, lo que sea, pero mi último recuerdo está en que llegamos a la habitación, yo más mareado de lo normal, y ella besándome, más nada. No puedo creer que haya cometido un error como este.
Yo no soy así de imbécil.
Me encargo de mandarle un mensaje a Ivan y decirle que nos vemos en la empresa lo antes posible, justo cuándo ya estoy por bajarme, necesito hablar de esta mierd4 con alguien.
El ascensor se abre con un susurro metálico y salgo directamente al piso ejecutivo. La recepcionista me saluda, pero no le respondo. Hoy no tengo espacio para la educación, tengo la cabeza hecha un nudo.
Mis pasos me llevan al despacho sin pensarlo. Entro, cierro la puerta y me quedo un momento en silencio, de pie, con l