Cap 34

Catalina

Todo esto es surrealista.

No escucho la voz de Iván, no al principio. Solo el eco de mis propios latidos martillando en mis oídos. Mis manos siguen aferradas al borde del lavamanos, y siento la mirada de Gabriel sobre mí como un ancla que me impide desmoronarme.

Su cercanía, la forma en que me mira y la pregunta en sus ojos, sé lo que quiere que le diga y por primera vez quiero hacerlo.

Quiero que lo sepa, pero estoy tan asustada.

Hasta hace solo minutos Julian era el hombre perfecto, el que me ayudó a sanar, estuvo conmigo, Quién creí que amaba a mi hijo y de repente se convirtió en un monstruo… ¿Quién me dice que no voy a equivocarme de nuevo?

Que este Gabriel de ahora, el que está curando mis heridas y cuidando a mi hijo no es pasajero y que apenas lo sepa va a hacer todo para quitarmelo.

Siento que estoy por enloquecer.

—Chicos, tienen que salir, la policía ha llegado.

La frase finalmente se cuela entre mis pensamientos y, por un segundo, no entiendo lo que signifi