Lucía entró al apartamento donde la esperaba su amante.
—Me alegra que hayas sido tú precisamente el que me haya llamado —dijo ella, rodeándolo con sus brazos por el cuello y buscando sus labios.
Ignacio apartó su rostro del de ella y luego los brazos con una sonrisa torcida.
—No te llame para lo que imaginas. —dijo él dándole la espalda y dirigiéndose hacia el sofá.
Ella frunció el entrecejo y lo siguió.
—Entonces para que me has pedido que venga.
—Marta descubrió que la estaba estafando. —murmuró tomando el vaso de licor que estaba encima de la mesa de centro.
—¿Y qué piensas hacer ahora? —preguntó ella con curiosidad— Si por traicionarla con tu mejor amiga te expuso en las redes y acabo con tu reputación de empresario, no me imagino lo que hará ahora.
—Iba a denunciarme en la policía, pero logré detenerla. —Tomó un trago.— Tuve que decirle que sabía lo de ella y tu cuñado.
—Pero eso ya no es un secreto, Ignacio. Ricardo me ha dicho que la tonta de Laura está yendo con un ps