—No sé que voy a hacer, Marta. No quiero perder todo lo que he logrado en estos tres años. —Eres fuerte, Laura —dijo sosteniéndola de ambos brazos.— Vas a salir de esto. Estoy segura de que Marcos no te dejará sola. Ni yo tampoco. ¿Lo sabes verdad? —Sí, lo sé. Siempre has estado a mi lado. —Sonrió— Desde que éramos una gilipollas, ¿Lo recuerdas? —bromeó. Marta frunció el ceño. —Vamos que la única gilipollas has sido tú, vale. —Sí, tienes razón. Yo siempre he sido la más tonta, ¿eh?—No lo digas de esa manera. Tú y yo, somos y seremos siempre las mejores amigas del mundo. —Tengo miedo de que Marcos me deje. Su sueño es tener un hijo. Me muero si lo pierdo. —Que no te va a dejar, tía. Que habéis nacido el uno para el otro. Laura sonrió. Las palabras de su amiga, le devolvían la esperanza a ratos aunque en el fondo sabía que sólo estaba escondiendo sus miedos. Para Laura contar con Marta, siempre ha sido algo importante, a pesar de las diferencias de carácter que hay entre ambas
Ler mais