Capítulo 22

Sofía sintió que el aire le abandonaba los pulmones en cuestión de segundos. Su respiración se volvió irregular, entrecortada y su corazón latía con tal violencia que apenas podía oír los murmullos del evento. Todo lo que antes era ruido elegante y melodía social se desvaneció en una nube de confusión y terror para ella.

¡Thiago! Era él en carne y huevo, no como en otras ocasiones que parecía un sueño irreal. Ahí estaba él como un eco del pasado y no como una alucinación de su mente exhausta.

Era él, parado frente a ella, con esa mirada que sabía romperle el alma y ella había sostenido su mano, fingido que era una extraña, como si ocho años no pesaran sobre sus hombros. No sabía cómo había salido de aquel salón sin perder el equilibrio en su intento de huida, ya que sus pies simplemente reaccionaron por si solos. Así que corrió por los pasillos de la galería como si la vida se fuera en ello, como si al dejar atrás esas paredes pudiera también dejar atrás los recuerdos. La