Capítulo 23
Thiago salió del evento luego de que Sofía se fuera con el corazón latiéndole como si acabara de correr un maratón. Aún podía oler el perfume dulce de Sofía impregnado en su camisa y podía sentir la electricidad en sus dedos luego de haberla sostenido contra aquella columna. No tenía ni la más mínima duda: era ella. Había cambiado, sí, pero seguía siendo Sofía, su Sofía. La mujer que había amado como a nadie luego de aquel terrible error y que, por más que intentó arrancar de su alma, ella seguía habitando cada rincón de su memoria como un tatuaje.
Cuando estuvo afuera subió al auto en silencio, sin hablar con nadie. El chofer del evento lo miró por el retrovisor con curiosidad, pero no dijo nada, sabía a dónde llevarlo. Thiago por otro lado llevaba el ceño fruncido, con una mezcla de rabia, desesperación y confusión rondando su cabeza. Así que al llegar al hotel, ni siquiera saludó al personal del lobby como solía hacerlo y solo subió directo a su suite cerrando la puert