Capítulo 12
Corrí, corrí como si pudiera dejar atrás todo lo que me dolía. Seguí corriendo hasta que mis piernas comenzaron a temblar, hasta que el pecho comenzó a arder y el aire me faltó. Corrí y no me detuve porque si me detenía, iba a desmoronarme en mil pedazos.
Las lágrimas que me nublaban la vista no me dejaban orientarme y el mundo en estos momentos era un montón de luces, autos y un ruido ensordecedor. Sin embargo, yo no escuchaba nada. No sentía nada y solo tenía ese eco en mi cabeza: Isabela está embarazada del hombre que yo amaba. Del único hombre que había tocado mi cuerpo y mi alma con un simple beso.
Después de mucho correr me senté en la banca de algún parque que no reconocía, sintiendo que me hundía en un pozo sin fondo. Saqué el celular, dudé durante unos segundos y luego marqué a ciegas un número. No podía regresar a esa casa y no podía enfrentarme a Thiago ni a sus explicaciones vacías. Mucho menos quería tener que presenciar su sentimiento de culpa y saber que a