La novia del Alpha decidió huir horas antes de la boda, provocando la ira de su prometido, quien después de ahogar sus penas en el licor se encuentra con una mujer encantadora, ante sus ojos ella luce igual que su prometida, por lo que cegado con la rabia arremete contra ella, cometiendo un pecado imperdonable, pero la luna roja que brilló sobre ellos esa noche de tragedia decidió unirlos para siempre. Ahora su pareja destinada es una humana y no solo eso, si no que deberá ocultar su pecado imperdonable o podría perderla para siempre. Si tu amor te dañará de la peor manera posible; ¿podrías perdonarlo y aceptar su amor? Samantha Roberts, deberá responder esa pregunta cuando conozca el secreto oculto del alfa.
Leer másIker Rowen era el Alpha de la manada de los Jhakue, estaba emocionado por desposar a sahira la mujer a quien siempre amó, ante sus ojos era la esposa perfecta para él, su melena miel y carácter fuerte la hacían destacar desde la niñez, en un par de horas sería suya para siempre y la luna bendeciria su unión.
—¿Ansioso por la boda hermanito?—la muchacha de cabellos oscuros le dedicó una sonrisa pícara.
—Ansioso por la luna de miel—le miró con picardía y la joven negó con la cabeza.
—Sahira me pidió que te trajera un mensaje—suspiró cambiando de tema
—Y que esperas para decírmelo.
—Necesita que vayas a su choza antes de la boda, creo que es importante, la noté nerviosa.
—Iré de inmediato, un alfa como yo ama complacer a su pareja—soltó con premura, ante el conocimiento del deseo de su novia.
El mayor del linaje Rowen llevaba poco tiempo como alfa, pero se había ganado el respeto de la manada en un corto tiempo, se acomodó la chaqueta de cuero marrón y deslizó sus dedos por su cabellera castaña era un hombre apuesto, fuerte, aunque algo arrebatado, que nunca desfallecía.Salió en busca de su prometida, aunque nunca espero lo que se encontraría en esa choza.
—Sahira—Iker llamó a la puerta de su amada, no obtuvo respuesta,—¿mi amada luna?—nuevamente no obtuvo respuesta.—Voy a entrar Sahira—le avisó.
En la cama de su amada descansaba un trozo de papel arrugado, sobre este se encontraba el anillo de compromiso que le había dado a Sahira, tomó el trozo de papel entre sus manos y se apresuro a leerlo.
—Lo siento, Iker, se que debí darte la cara, pero no fui capaz de hacerlo. No puedo casarme contigo, se que me odiarás, eso lo entiendo, aun así debo confesartelo, amo a tu hermano Acker, en cuanto nos conocimos quedé prendada de él; la luna es testigo de ello y por eso decidimos huir. No nos busques, no habrá boda. Adiós.
No podia creer lo sucedido, su amada se había fugado con su hermano menor, él de seguro se aprovechó de su enamorada y la envolvió para que huyeran juntos, de eso no tenia la menor duda, aunque no entendía como su hermosa Sahira lo traicionó para huir con un jovencito que apenas y podía controlar sus poderes.
—¡Maldito perro traidor!—vociferó el alpha, destrozando a manotazos el contenido de la mesita de noche, acabó con todos los recuerdos de Sahira de un zarpazo, sus fotos destrozadas cayeron al piso de tierra—. Tu eras mía, solo mía, ¿ no pudiste irte con ese lobito insensato?
El desconcierto se convirtió en dolor y el dolor le dio paso a la ira, esa ira interior le hizo romper la carta de su ex novia, para luego salir corriendo de allí, sus aullidos llenos de dolor invadieron el aire mientras corría en forma de lobo, un imponente lobo de melena castaña.
—Sahira—gruñó rabioso al tomar forma humana, — nunca te perdonaré traidora infeliz, yo te amaba con mi vida, pero ahora te haré sufrir, como tu hiciste conmigo—prometió Iker, aunque Sahira no pudiera escucharlo.
En cuanto llegó a la aldea humana se adentró en una taberna de mala muerte, donde los humanos se gastaban sus sueldos miserables para comprar un poco de licor que aliviara sus penas.
—Quiero una botella de licor, uno bien fuerte—ordenó al cantinero lanzándole un puñado de billetes, mientras se sentaba en la barra. En la cual estuvo bebiendo por largas horas, hasta casi perder el conocimiento, no supo que hora era cuando abandonó ese lugar, aun con una botella de tequila en mano y la mente nublada por tantas decepciones.
De camino a su manada su ira aumentaba, el amor que antes sintió ahora se desvanecía para siempre, necesitaba vengarse por la traición de la cual fue victima, quería hacerlos sufrir a ambos por convertirlo en el hazmerreír, era el alpha un lobo imponente, ser su esposa era un privilegio y esa traidora de mirada sutil lo arruinó todo, aunque pronto pagaría por su traición.
—Pronto conocerán mi ira, par de traidores—le dio un trago a la botella.—Me encargaré de que se arrepientan el resto de sus vidas.
Iker notó un brillo inusual al pasar por el lago cercano a su manada, que lo obligó a mirar sus aguas misteriosas, la luz bañaba el delicado y curvilíneo cuerpo de una mujer bien formada, y aunque la luna roja que brillaba sobre ellos esa noche cambiaba la tonalidad de su piel, el pudo reconocerla, era Sahira, dulce y tentadora como nunca antes la había visto, era como si lo envitara a pecar con su inusual baño nocturno.—Sahira—susurró en medio del hechizo de la luna, estaba hipnotizado por su belleza femenina.—Mi dulce y traidora, Sahira. Te me has ofrecido en bandeja de plata y yo no rechazo un ofrecimiento tentador como este—soltó con malicia—, hoy me las pagarás todas, mi pequeña zorra desleal.
La mujer se bañaba con un vestido rojizo que se pegaba a su cuerpo, haciéndola lucir provocativa, Iker lo tomó como un reto, lanzó la botella al piso, se quitó los zapatos y corrió a las aguas, junto a la traidora que una vez amó con locura.
—Esperé demasiado por ti,—susurró a su oido, haciendola estremecerse presa del miedo—fueron noches interminables las que deseé probar tus formas—.Ella intentó huir ante su incomoda cercanía, pero él la sujetó con firmeza, acercándola a su cuerpo fornido y caliente—ahora serás mía, solo mía y la luna roja será nuestro único testigo—dijo besando sus labios, esa noche los sintió suaves delicados e inexpertos, pero le restó importancia a ese detalle.
—Suelteme—ella rechazaba sus besos y eso lo excitaba, no cedería a sus caprichos en esta ocasión, era el alpha y tomaría lo que le fue prometido, esa noche la haría suya a como diera lugar.
La cargó deleitándose con sus curvas provocativas, que comenzaban a hacer evidente su excitacion, y ella no notó de inmediato, trató de safarse aterrada, sabiendo las intenciones de él.
—Serás mía Sahira—lamió su mejilla con cinismo.—de una vez por todas te voy a poseer.—Nunca olvidarás mi tacto, me quedare grabado en lo profundo de tu piel.
—Por favor no me haga daño—ella pidió al borde de las lágrimas.— Déjeme ir y no diré nada—rogó temerosa. La mirada de Iker brilló con malicia.
—Ya no tendré compasión de ti, nena—diciendo esto la empujo contra la grama, para concretar su venganza contra ella, disfrutaría al máximo su hazaña.—Esperé demasiado para saborearte, y ahora nada ni nadie lo impedirá.—Grita todo lo que quieras mi dulce Sahira, la luna no te defenderá.
—No me haga esto—sollozó tratando de soltarse, pero él era fuerte, a su lado ella lucía delicada y pequeña,—, yo no le hice nada malo a usted, déjeme ir—sus palabras fueron el detonante para que el alpha perdiera la razón y cometiera ese acto reprochable.
—Eres una zorra, y como tal serás tratada, Sahira—escupió con rabia, la abofeteó para luego abalanzarse contra ella, para saciar así su ira animal, despojándola con violencia de sus prendas, dejándola expuesta ante sus deseos insanos.—Te deseo tanto—le acarició el rostro, limpiando sus lágrimas nacientes.
—Por favor, no lo haga. Leimploróo que se detenga—rogó antes de que Iker la mancillara, antes de que se aprovechará de su cuerpo en todos los sentidos, rasgando su alma para siempre. Conectándose íntimamente con ella bajo la luna Sangrienta, sellando así sus vidas para siempre.
—. Siempre gano—susurró al terminar y tú no serías la excepción.Samantha se sentia feliz, el hecho de estar junto a su esposo le daba seguridad, ahora el se encontraba en el balcón, mirando el jardín. Ella se acercó con cuidado para darle una sorpresa, pero antes de que pudiera abrazar su espalda, vió como aquella mujer le lanzaba un beso descarado. Saber que su esposo tenia tan cerca a su ex prometida mandó un pinchazo de celos a su corazon, un par de lagrimas furtivas resbalaron por sus mejillas mientras se daba a la fuga silenciosa, no podia esperar que Iker la amara, pues su relacion fue una mera transaccion económica y social entre las familias, él tenía dinero y ella estaba embarazada, producto de un abuso brutal, no podía exigir nada en esas condiciones, ese hombre la había salvado, aunque no llegara a enamorarse de ella no podía reclamarle. Se acomodó con cuidado sobre la cama, fingiendo dormir para ocultar las lágrimas de dolor que bañaban su rostro agraciado; Iker salió de la habitación sin hacer ruido y Samantha suspiró con pesar, n
Iker tomó forma la de lobo en cuanto cae el punto más oscuro de la noche, estaba ansioso por reunirse con su amada, esa mujer en poco tiempo se encargo de meterse en lo profundo de su corazon, si tan solo hubiese actuado de otra forma al conocerla, no vivirá con el tormento eterno que siempre le recordaría la bestia asquerosa que podía llegar a ser, esa criatura habitaba dentro de y de no tener cuidado saldria a flote nuevamente. Corrio por el bosque mientras la brisa helada le acariciaba el pelaje, sintiéndose libre, aunque atado a la vez, la extrañaba de sobremanera, quería reposar a su lado; verla descansar le daba una paz que nunca antes había conocido, y ahora ansiaba constantemente. Cuando no estaba junto a Samantha pensaba en aquel momento de luna, tanto era su agonía, que en algunos momentos llegaba a creerse que enloquecería de tanto pensar y culparse por lo ocurrido. Porque sin duda él nunca se perdonaría la atroz infamia contra su esposa.
Sahira la miró con rabia, o quizás era dolor, porque una lágrima se escapó de sus ojos y rodó por su mejilla, solo ella sabía la razón de eso. Su esposo puso una mano sobre su hombro, ella se recompuso de inmediato y lo miró con desafío.—Yo no soy el enemigo, así que para con tu actitud—le frenó de inmediato y Sahira terminó aceptando de mala gana.—Iker decía que me amaba, siempre pensé—la voz de la mujer era apenas un susurro.—Pensabas que te amaría por siempre, al grado de no continuar su vida con otra persona—su esposo completó la frase.Sahira lo miró sin odio y asintió, no quería lastimar a su compañero, pero una parte de ella añoraba el amor desmedido que el Alpha le brindó durante tanto tiempo, si bien ella fue quien le dejó, no estaba preparada para sentirse como un ser sustituible en la vida de aquel quien le prometía constantemente un para siempre.—El amor no es capricho, esposa mía y hasta el hombre más enamorado de todos es capaz de olvidar, sanar y continuar.—Iker no
Samantha subió a la recámara que su cuñado le había asignado, era un lugar amplio, sin embargo no era acogedor, las paredes de piedra eran incapaces de alejar el frío, por eso no tardó en encender la chimenea y sentarse sobre la alfombra de piel ante ella.Suspiró pesadamente permitiéndose quitarse los zapatos que comenzaban a maltratarle los pies hinchados por el embarazo, era imposible para ella comprender el dolor que Iker llegó a sentir al verse traicionado por aquellos a quienes amaba, su hermano y su ex prometida habían sido crueles con él.—Quizás tus heridas y las mías podrían sanar si estamos juntos—la rubia suspiró limpiándose el sudor que comenzaba a perlar su frente, producto del calor que emanaba de la chimenea.Ya no se sentía cómoda en esa casa, quería volver con Iker, aspirar su olor y sentirse protegida por sus brazos fornidos. Desde que fue abusada por un desconocido su miedo por los hombres aumentó, hasta que se permitió conocer a Iker, el fue sincero, amable y todo
Iker estaba sorprendido y algo dudoso sobre la conversación con la gitana, si no que ella le prometía era cierto, quizás no le vendría mal aceptar, sin embargo, no podía apresurarse con su respuesta.—Vamos a bailar—Iker le tendió la mano a su hermana, quien estaba sentada sobre una roca—. Deja esa mala cara.—Vamos—ella terminó por aceptar y respiró resignada tomando su mano.—Debes entender que esto no es un castigo—susurró a su oído antes de empezar a bailar una especie de vals.—Si no es un castigo, ¿ qué es? Hermano—soltó a la defensiva y él la hizo girar.—Cuido de nuestra familia, hermana—la miró a los ojos con ternura—. Tú, nuestro hermano, Samantha y mis hijos; daría mi vida por ustedes.En ese momento la joven lo comprendió, su hermano no la estaba traicionando, ni minimizando por ser mujer, estaba protegiendo su linaje como un día se lo prometió a sus padre, un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas.—No lo arruines, hermana—Iker limpió sus lágrimas con cuidado.—Siempr
La rabia del Alpha iba en aumento, deseaba desgarrarle la garganta a Rowan con sus propias manos, ¿acaso no era capaz de comprender la idiotez que estaba haciendo? Pedir perdón no era algo que le gustase, sin embargo tendría que hacerlo por el bien de su manada.—Me gustaría que habláramos en privado—Iker se dirigió al Alpha que los visitaba, quien se veía claramente ofendido por el acontecimiento anterior, a pesar de eso accedió a dialogar.Para que todo fuese privado decidieron charla en la choza del Alpha, y pese a tener varios desacuerdos que podrían acabar la negociación Iker terminó por acceder a todo, solo por el bien de su manada, odiaba ceder, pero era la única forma de lograr una cooperación pacifica entre ambas manadas.—Me alegra saber que alguien y los Rowen tiene palabra—el hombre le estrechó la mano a Iker con una sonrisa de medio lado.—Estaré ansioso por escoger las quince esposas que me prometió para mis hijos, quiero que sean las mujeres adecuadas para continuar mi l
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