Samantha despertó en su cama con la respiración agitada y el cuerpo sudafo; no recordaba como volvió a su casa, por lo visto todo había sido una pesadilla, el aire gélido entrando por su ventana la hace percatarse de no haberla cerrado, se apresura a corregir su descuido. A lo lejos logra oír el aullido de un lobo, lo cual le eriza la piel.
—Samantha, padre quiere que bajes a desayunar—su hermano menor grita a través de la puerta.
—¿Papá esta en casa?—la sorpresa de Samantha es evidente.
—Tiene visitas—respondió el pequeño.
—Bajo en un momento— se apresuró a vestirse, tomando un vestido color lila, bajó la escalera que daba a la planta baja, allí pudo ver s su padre reunido con tres hombres, uno era anciano, pero bien conservado, el otro era alto guapo y con el cabello oscuro bien recordatorio y el último llevaba una larga melena dorada y larga.
—Papá te está esperando—dijo su hermana menor llamando la atención de los presentes.
—Por lo visto su hija ha llegado a deleitarnos con su co