El pecado del Alpha
El pecado del Alpha
Por: Nyx Aqua Serrano
Pecado imborrable

Iker Rowen era el Alpha de la manada de los Jhakue, estaba emocionado por desposar a sahira la mujer a quien siempre amó, ante sus ojos era la esposa perfecta para él, su melena miel y carácter fuerte la hacían destacar desde la niñez, en un par de horas sería suya para siempre y la luna bendeciria su unión.

—¿Ansioso por la boda hermanito?—la muchacha de cabellos oscuros le dedicó una sonrisa pícara.

—Ansioso por la luna de miel—le miró con picardía y la joven negó con la cabeza.

—Sahira me pidió que te trajera un mensaje—suspiró cambiando de tema

—Y que esperas para decírmelo.

—Necesita que vayas a su choza antes de la boda, creo que es importante, la noté nerviosa.

—Iré de inmediato, un alfa como yo ama complacer a su pareja—soltó con premura, ante el conocimiento del deseo de su novia.

El mayor del linaje Rowen llevaba poco tiempo como alfa, pero se había ganado el respeto de la manada en un corto tiempo, se acomodó la chaqueta de cuero marrón y deslizó sus dedos por su cabellera castaña era un hombre apuesto, fuerte, aunque algo arrebatado, que nunca desfallecía.

Salió en busca de su prometida, aunque nunca espero lo que se encontraría en esa choza.

—Sahira—Iker llamó a la puerta de su amada, no obtuvo respuesta,—¿mi amada luna?—nuevamente no obtuvo respuesta.—Voy a entrar Sahira—le avisó.

En la cama de su amada descansaba un trozo de papel arrugado, sobre este se encontraba el anillo de compromiso que le había dado a Sahira, tomó el trozo de papel entre sus manos y se apresuro a leerlo.

—Lo siento, Iker, se que debí darte la cara, pero no fui capaz de hacerlo. No puedo casarme contigo, se que me odiarás, eso lo entiendo, aun así debo confesartelo, amo a tu hermano Acker, en cuanto nos conocimos quedé prendada de él; la luna es testigo de ello y por eso decidimos huir. No nos busques, no habrá boda. Adiós.

No podia creer lo sucedido, su amada se había fugado con su hermano menor, él de seguro se aprovechó de su enamorada y la envolvió para  que huyeran juntos, de eso no tenia la menor duda, aunque no entendía como su hermosa Sahira lo traicionó para huir con un jovencito que apenas y podía controlar sus poderes.

—¡Maldito perro traidor!—vociferó el alpha, destrozando a manotazos el contenido de la mesita de noche, acabó con todos los recuerdos de Sahira de un zarpazo, sus fotos destrozadas cayeron al piso de tierra—. Tu eras mía, solo mía, ¿ no pudiste irte con ese lobito insensato?

El desconcierto se convirtió en dolor y el dolor le dio paso a la ira, esa ira interior le hizo romper la carta de su ex novia, para luego salir corriendo de allí, sus aullidos llenos de dolor invadieron el aire mientras corría en forma de lobo, un imponente lobo de melena castaña.

—Sahira—gruñó rabioso al tomar forma humana, — nunca te perdonaré traidora infeliz, yo te amaba con mi vida, pero ahora te haré sufrir, como tu hiciste conmigo—prometió Iker, aunque Sahira no pudiera escucharlo.

En cuanto llegó a la aldea humana se adentró en una taberna de mala muerte, donde los humanos se gastaban sus sueldos miserables para comprar un poco de licor que aliviara sus penas.

—Quiero una botella de licor, uno bien fuerte—ordenó al cantinero lanzándole un puñado de billetes, mientras se sentaba en la barra. En la cual estuvo bebiendo por largas horas, hasta casi perder el conocimiento, no supo que hora era cuando abandonó ese lugar, aun con una botella de tequila en mano y la mente nublada por tantas decepciones.

De camino a su manada su ira aumentaba, el amor que antes sintió ahora se desvanecía para siempre, necesitaba vengarse por la traición de la cual fue victima, quería hacerlos sufrir a ambos por convertirlo en el hazmerreír, era el alpha un lobo imponente, ser su esposa era un privilegio y esa traidora de mirada sutil lo arruinó todo, aunque pronto pagaría por su traición.

—Pronto conocerán mi ira, par de traidores—le dio un trago a la botella.—Me encargaré de que se arrepientan el resto de sus vidas.

Iker notó un brillo inusual al pasar por el lago cercano a su manada, que lo obligó a mirar sus aguas misteriosas, la luz bañaba el delicado y curvilíneo cuerpo de una mujer bien formada, y aunque la luna roja que brillaba sobre ellos esa noche cambiaba la tonalidad de su piel, el pudo reconocerla, era Sahira, dulce y tentadora como nunca antes la había visto, era como si lo envitara a pecar con su inusual baño nocturno.

—Sahira—susurró en medio del hechizo de la luna, estaba hipnotizado por su belleza femenina.—Mi dulce y traidora, Sahira. Te me has ofrecido en bandeja de plata y yo no rechazo un ofrecimiento tentador como este—soltó con malicia—, hoy me las pagarás todas, mi pequeña zorra desleal.

La mujer se bañaba con un vestido rojizo que se pegaba a su cuerpo, haciéndola lucir provocativa, Iker lo tomó como un reto, lanzó la botella al piso, se quitó los zapatos y corrió a las aguas, junto a la traidora que una vez amó con locura.

—Esperé demasiado por ti,—susurró a su oido, haciendola estremecerse presa del miedo—fueron noches interminables las que deseé probar tus formas—.Ella intentó huir ante su incomoda cercanía, pero él la sujetó con firmeza, acercándola a su cuerpo fornido y caliente—ahora serás mía, solo mía y la luna roja será nuestro único testigo—dijo besando sus labios, esa noche los sintió suaves delicados e inexpertos, pero le restó importancia a ese detalle. 

—Suelteme—ella rechazaba sus besos y eso lo excitaba, no cedería a sus caprichos en esta ocasión, era el alpha y tomaría lo que le fue prometido, esa noche la haría suya a como diera lugar.

La cargó deleitándose con sus curvas provocativas, que comenzaban a hacer evidente su excitacion, y ella no notó de inmediato, trató de safarse aterrada, sabiendo las intenciones de él.

—Serás mía Sahira—lamió su mejilla con cinismo.—de una vez por todas te voy a poseer.—Nunca olvidarás mi tacto, me quedare grabado en lo profundo de tu piel.

—Por favor no me haga daño—ella pidió al borde de las lágrimas.— Déjeme ir y no diré nada—rogó temerosa. La mirada de Iker brilló con malicia.

—Ya no tendré compasión de ti, nena—diciendo esto la empujo contra la grama, para concretar su venganza contra ella, disfrutaría al máximo su hazaña.—Esperé demasiado para saborearte, y ahora nada ni nadie lo impedirá.—Grita todo lo que quieras mi dulce Sahira, la luna no te defenderá.

—No me haga esto—sollozó tratando de soltarse, pero él era fuerte, a su lado ella lucía delicada y pequeña,—, yo no le hice nada malo a usted, déjeme ir—sus palabras fueron el detonante para que el alpha perdiera la razón y cometiera ese acto reprochable.

—Eres una zorra, y como tal serás tratada, Sahira—escupió con rabia, la abofeteó para luego abalanzarse contra ella, para saciar así su ira animal, despojándola con violencia de sus prendas, dejándola expuesta ante sus deseos insanos.—Te deseo tanto—le acarició el rostro, limpiando sus lágrimas nacientes.

—Por favor, no lo haga. Leimploróo que se detenga—rogó antes de que Iker la mancillara, antes de que se aprovechará de su cuerpo en todos los sentidos, rasgando su alma para siempre. Conectándose íntimamente con ella bajo la luna Sangrienta, sellando así sus vidas para siempre.

—. Siempre gano—susurró al terminar y tú no serías la excepción.

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