Alina

Sigo sintiendo su aliento helado en mi mente, incluso después de haberme despertado. Mi corazón late con fuerza en mi pecho mientras permanezco acostada en los brazos de Damon. Él todavía duerme, su rostro sereno a pesar de la tensión que persiste en sus rasgos.

Mis dedos rozan su mejilla, trazando la línea fuerte de su mandíbula. Es hermoso, en una brutalidad casi animal. Su cabello negro cae ligeramente sobre su frente, y su respiración es regular, profunda.

Pero sé que está al borde. Al igual que yo.

Ezra casi me rompe anoche. Lo sentía en mi mente, su sombra deslizándose a lo largo de mis pensamientos, tratando de corromperlos, de arrastrarme hacia él.

Me incorporo lentamente, apartando el brazo de Damon que reposa sobre mi cintura. Él gime en su sueño, sus dedos buscando los míos, pero me levanto en silencio. Mi corazón sigue latiendo demasiado rápido.

La luna está baja en el cielo, proyectando una luz pálida a través de la ventana de la habitación. Me acerco, c