Alina
El viento sopla con fuerza en el bosque, levantando las hojas muertas a nuestro alrededor. Damon camina frente a mí, su espalda recta, su aura oscura vibrante con una tensión apenas contenida. Su mano está posada en el pomo de su espada, cada músculo de su cuerpo tenso, listo para reaccionar al más mínimo signo de peligro.
— Lucian no nos ha dicho todo, murmura Damon deteniéndose repentinamente.
Me quedo quieta, escudriñando la oscuridad que nos rodea. La niebla se aferra a los troncos de los árboles, torciendo las siluetas en formas inquietantes.
— ¿Qué quieres decir?
Se vuelve hacia mí, su mirada dorada incandescente en la penumbra.
— Si el ritual requiere mi sangre, ¿por qué Kael ha esperado tanto tiempo? Podría haberte reclamado mucho antes.
Un escalofrío recorre mi espalda. Tiene razón. Kael no es de los que espera pacientemente. Es paciente, pero sobre todo es metódico. Calcula cada golpe antes de atacar.
— ¿Quizás estaba esperando el momento adecuado? prop