¿Cuándo notas cuando tu vida cambia? A veces es en un segundo o a veces es una serie de momentos abonan a esa historia, vencer a alguien, conocer a alguien, enamorarte, estar en momento adecuado en lugar adecuado. También puede ser en ese momento en lo eliges, en el tomas la decisión de ser diferente, de las cosas diferentes a pesar de todo y de todos. Puede te sientas sola, o en realidad lo hagas por estás acompañada, con las personas indicadas. Todo esto pensé esa mañana, en mi cuarto con mis amigas, ahora mis mejores amigas, mis cómplices. Antes de salir y historia, de cambiar la historia. De pararme en frente de todos y decir sí. Ese sí nunca pensé decir, ese compromiso nunca pensé es más allá de comprometerme con una persona, era hacerlo con toda una manda. Pero podía significar dejarlo ir, dejar ir a mi pareja, a una parte de mí. Cual sea fuera mi futuro, me emocionaba y quería vivirlo, nunca me había sentido así. Agarre la mano de mi primer amiga, la primera que realmente me hizo sentir en casa y le sonreí. Después agarré la mano de mi ex-enemiga, esa persona que nunca habría pensado compartir tantas cosas y ella asintió con su cabeza dándome las fuerzas para cruzar esa puerta hacia mi futuro.
Leer másPunto de vista Sandra
'Otro día igual' dijo Kira, mi loba. Ya sabía que estaba harta de la rutina, pero para ser justas, ella se hartaba muy rápido de lo cotidiano. Llevábamos como un mes de la misma rutina ir a la escuela, después ir a entrenar y acabar en la casa con Sofía y Verónica mis dos mejores amigas. El año pasado cuando primero me trasformé fue pesado, pero me las arreglé para distraer a Kira todos los días, pero ahora ya me estaba cansando. Solo quería disfrutar los dos años que me quedaban de escuela antes de salir del bachillerato. Tengo planeado ir con Sofía y Verónica al norte a los bosques lejos de otras personas a sobrevivir cómo lo hacían los pasados hombres lobo. Esa idea le emocionaba a Kira tanto cómo a mí.
Me paré de la cama ignorando las quejas de Kira y me metí a bañar sintiendo cómo el agua hirviendo quemaba mi piel. Después me dirigí a mi escuela en lo que agarraba una manzana de la comida.
Vivía en un internado ya que el Alfa y la Luna me adoptaron cuando era chica, realmente no conocí a mis padres, pero la manada es mi familia. Eso de adoptar era algo que el Alfa Tomás y la Luna Zara hacían desde hace muchos años, una estrategia para aumentar los números de la manada. Vivíamos en un pequeño pueblo de hombres lobo a lado de una ciudad medianamente grande, los terrenos de la ciudad se los peleaban entre las manadas de hombres lobo y los clanes de los vampiros, mientras que cada quién tenía terrenos establecidos en los pueblos y suburbios vecinos. Lugares en los que podíamos ser libres sin alarmar a los humanos. Para nosotros era más fácil que para los monstruos chupasangre ya que nosotros no dependíamos de los humanos.
Al llegar a la escuela Sofía estaba ahí, viendo su celular, ni siquiera me dirigió la mirada cuando me acerqué. “Puedes creer a esta perra” dijo viendo fotos de una compañera del salón en su celular.
“¿Por qué? ¿qué pasó?” Pregunté, pero antes de que me pudiera responder llegó Verónica casi corriendo por el pasillo.
“¡Ya viste lo que hizo esta perra?” Le dijo Verónica a Sofía, ignorándome por completo.
“¿Qué? ¿qué hizo?” volví a preguntar imponiéndome entre ellas.
“La perra maldita puso en redes que está saliendo con Fritz” Respondió verónica enojada y siguieron hablando mal de la compañera del salón. Fritz es el chico popular del colegio, por así decirlo, muchas personas apuestan por que él sea un futuro Alfa de la manada. Es alto, fuerte, güero, de ojos entre grises y verdes; pero sobre todo es líder, puede convencer a la gente y mueve a las personas, incluso ha dirigido entrenamientos cuando no está el Beta ni sus guerreros elite.
La conversación continuó hasta que llegamos al salón y un poco en el receso mientras comíamos. Claro, no solo hablaron de la chica, sino también de lo increíble que sería ser pareja de Fritz, o lo fabuloso que sería ser Luna de una manada algún día.
Nosotras todavía no podíamos encontrar a nuestra pareja ya que teníamos apenas dieciséis años, y normalmente los hombres y mujeres lobo maduran lo suficiente alrededor de los dieciocho, si hay personas que lo han encontrado a los diecisiete, pero son muy pocas. Yo en lo particular, dudo algún día encontrarla, o no sabría qué hacer, o cómo corresponderle. No tuve una infancia común como Sofía o Verónica, yo fui criada como soldado para proteger a la manada y aunque le agradezco a Alfa Tomás y Luna Zara por haberme dado un techo, alimento y educación; y bueno prácticamente una vida. No fueron exactamente mis padres, realmente no se qué es eso y no sabría qué hacer en dado caso de encontrar el amor. Todo eso estuve pensando las últimas horas de escuela hasta el entrenamiento.
El entrenamiento era la parte favorita de mi día, yo no era muy alta como Verónica que era como una modelo y tenía pecho y caderas grandes con las que podía luchar muy bien y llevarse las miradas de todos haciéndolo. Tampoco tenía el estilo de Sofía que con su altura y su conocimiento en artes marciales, dado por sus padres, podía derribar a cualquiera, y nunca la he visto con un cabello desarreglado.
En cambio yo si soy fuerte por que he entrenado desde que llegué a esta manada, pero realmente no tengo la gracia que ellas tienen, cuando acabo de entrenar mis chinos cafés acaban por todos lados y mi cara se pone roja como tomate. No es nada sexy.
Esa tarde al llegar al entrenamiento el Beta Noa nos hizo correr y calentar los primeros veinte minutos y después nos sorprendió con un torneo, eso se hacía una vez cada seis meses para ir midiendo nuestro avance y saber a quién mandar a patrullas y a quién asignan a otras tareas de la manda. Yo casi siempre pierdo como a la mitad, lo que significa que me asignan trabajo comunitario, como ayudar en el comedor o limpiar las calles. Sofía y Verónica si llegan a ser de las primeras ganándose patrullar por los alrededores con Fritz.
El torneo empezó y gané las primeras cinco batallas. Las siguientes cinco me esforcé, ya que era la diferencia entre ayudar en el comedor sirviendo comida o limpiando las platos. También pude ganar. En las siguientes cinco batallas eran en las que normalmente perdía, pero decidí no darme por vencida a parte de que el Beta Noa me susurró en el oído “Sandy, no me decepciones”
El Beta Noa era un señor alrededor de sus cincuenta años, por lo general los Beta se retiraban a esa edad por lo cansado de su profesión, pero él no solo era fuerte y ágil para su edad, sino también era muy inteligente y siempre fue amable conmigo, desde que llegué a la manada me aceptó enseguida y trabajó especialmente conmigo para tener el nivel de pelea que tengo ahora.
Y así gané la primera pelea. Después gané la segunda. También derroté a mi oponente en la tercera. La cuarta tuvo el mismo resultado. Para la quinta ya no podía más, pero los ojos de Beta Noa no me dejaron darme por vencida, resultando en victoria y en mi avance a las cinco últimas peleas y oficialmente una de las cinco peleadoras más fuertes de los jóvenes de la manada.
En ese grupo, a parte de Fritz y claro de Sofía y Verónica, que me laceraban con la mirada por que dejé afuera a uno de los amigos guapos de Fritz, quedó otro de sus amigos, su mejor amigo un chico que me sacaba el doble de tamaño en todos los aspectos y era bastante intimidante y claro, mi siguiente contrincante.
Punto de vista SandraEste último mes había sido muy cansado y casi no había visto a Samuel. Mis días empezaban un poco antes del amanecer, ya que hacía la primera patrulla del día. Después iba a la casa de la manada para reunirme con Zack, Fritz, Verónica y Beta Noa para seguir preparando las negociaciones que íbamos a hacer en la fiesta de otoño, las reuniones eran largas y aburridas ya que Beta Noa nos tuvo que explicar a detalle los protocolos que se tienen que seguir con otras manadas, así como, la historia de las manadas más grandes e importantes, algunas manadas sabía más o menos por dónde estaban ya que pasé cerca de ahí cuando fui al norte y algunos de los representantes ya los había conocido cuando me intentaron hacer esclava.A Fritz le costaba mucho trabajo los protocolos porque sentía que era como rebajarse ante las otras man
Punto de vista VanessaLas peleas entre hombres lobo y vampiros habían disminuido, pero todavía no encontrábamos solución a los planes del emperador. No importa cuánto le dábamos vuelta Cassandra no se salvaba de tener que crear y entrenar vampiros. El emperador le había dado tres meses para tener a su ejército, suficientes para que no estuvieran destinados a morir, aunque eso significaba más riesgo para las manadas.Esa noche ya estábamos hartas Cassandra, Louis y yo de darle vueltas al asunto. Sandra se había tenido que ir temprano por los asuntos con su manada y la pareja enfrente de mí ya estaban uno sobre el otro besándose y me dio ganas de estar así con Devan.Cuando Leuis empezó a ser parte de nuestras pláticas y planes, se sintió un ligero cambio en nuestra dinámica, aunque Sandy no lo había expresado como tal sabía
Punto de vista Sandra.La fiesta marchaba bien muchas personas bailaban, otras comían, bebían y reían. Yo estaba en una mesa con Vanessa. Samuel y Devan estaban platicando con otros guerreros por ahí, de vez en cuando Samuel se daba sus vueltas, me daba un beso y se regresaba a seguir disfrutando la fiesta.Vanessa suspiró y recargó su cabeza en su mano que a su vez era sostenida por la mesa.“¿Todo bien?” Le pregunté y al parecer la saqué de sus pensamientos.“Si, solo que nunca me han gustado las fiestas, me aburro, pero a Devan parecen gustarles” hizo un gesto con su cara para señalarme a nuestras parejas riendo con sus amigos. “tampoco parece que te la estés pasando tan bien” Yo reí.“Creo que no, supongo que me cuesta trabajo disfrutar una fiest
Punto de Vista SandyHace dos semanas desde el ataque y no he sabido nada de las chicas, tampoco ha habido más encuentros con vampiros, lo que me alegra, pero seguimos alerta. Un mensaje de Cassandra nos convocó a la casa así que en cuánto acabó mi turno de guardia agarré un coche y me dirigí a la cabaña. Todavía no llegaba Vanessa pero por la luz en el interior que se notaba a pesar de que las cortinas estaban cerradas, sabía que ya estaba Cassandra ahí.Entré y la fogata de la sala estaba prendida al igual que varias luces, pero algo andaba mal, mi olfato me decía que había alguien que no eran las chicas, di unos pasos sigilosos en el interior y la crujiente madera me alertó de una presencia a mi derecha. De la cocina salió un vampiro que nunca había visto, lo único que tenía puesto eran unos calzones largos, seguramente se perdi&
Punto de Vista Leuis Al hablar con Vanessa, recordé mi infancia y lo feliz y tranquilo que me sentía con ella, no me había dado cuenta de todo lo que yo había cambiado, por una parte, aunque por otro lado seguía siendo la misma persona, quizá y lo que cambió fue que ahora sabía lo que quería, ya no estaba a la deriva, sabía lo qué estaba pasando a mi alrededor todas las conspiraciones entre clanes y demás cosas que antes ignoraba y sobre todo sabía que quería estar con Cassandra, así que en cuánto Vanessa se durmió yo salí de la tienda para ir a la mansión de los vampiros. Cuando cerré la puerta de la tienda me sorprendió un hombre lobo recargado a lado del marco, me estaba esperando, era más o menos de la misma altura que yo, pero claramente más musculoso. Lo observé por unos minutos y él a mí. “Está arriba, dormida” Le dije, sus ojos denotaban quién era, no tenía malicia alguna, solo amor, era la pareja de Vane, realmente me alegraba que hubiera encontrado alguien que la amara com
Punto de vistaCassandra Cuando supe lo que el emperador planeaba era demasiado tarde, tampoco podía avisarles a las chicas, estaba en la biblioteca del emperador me había sentado en su sofá individual, Adrián en otro sofá igual a lado de mí. En ese momento, ninguno de los dos sabíamos cuáles eran los planes del emperador, mínimo yo estaba segura que lo peor que podía hacerme era regresarme con mi padre, Adrián por otro lado, podía morir hoy. El emperador Joel entró al estudio con singular alegría y se sentó el en sillón que yo siempre me sentaba, nos observó y sonrió maliciosamente.Más Capítulos
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