Capítulo 114: Un destino marcado por el rencor.
El caos se desató en segundos.
—¡Llamen a una ambulancia! —gritó una mujer con desesperación, mientras se arrodillaba junto al cuerpo inerte de Eliana.
El sonido de bocinas, pasos apresurados y murmullos horrorizados llenaron la calle. Un hombre trató de abrir la puerta del auto, pero el conductor, con las manos temblorosas, pisó el acelerador y huyó a toda velocidad.
—¡Dios mío, se ha dado a la fuga! —exclamó otro testigo, sacando su teléfono para tomar una foto de la placa, pero el auto desapareció en cuestión de segundos.
Eliana yacía en el suelo, con los ojos entrecerrados y el rostro pálido. Un hilo de sangre bajaba desde su frente, resbalando por su mejilla y manchando la blusa clara que llevaba puesta. Su pecho subía y bajaba con dificultad, como si cada respiro fuera una batalla.
—Se está desangrando… ¡La ambulancia tiene que llegar ya! —la mujer que estaba a su lado le sostuvo la mano, como si con ese simple contacto pudiera mantenerla con vida.
Los segundos se sintieron eter