Rumores.
Amanda intentó concentrarse en el correo que tenía frente a ella, pero apenas podía leer una frase completa sin que otra escena de esa mañana golpeara su memoria con la fuerza de un camión.
La forma en que Ethan la había mirado.
La manera en que frunció el ceño al verla distante.
El tono bajo cuando dijo “pensé que podíamos ser amigos”.
¿Amigos?
Amanda quería reír y llorar a la vez.
“Ni tú te crees eso, Van Ness.”
Sentía que cada palabra suya escondía algo más profundo, algo que él no quería nombrar… y que ella no debía desenterrar.
Pero su estómago aún ardía por la conversación, y además estaba el rumor.
Ese maldito rumor.
Intentó ignorar las miradas cuando levantó la vista de la pantalla, pero era imposible.
Era como tener reflectores encima. Como si todo el piso nueve la observara, esperando verla cometer un error para poder confirmarlo todo.
Que tenía un amante poderoso.
Que había seducido al hijo mayor de Leonard Van Ness.
Que se había costado su silla en la reunión.
Amanda respi