Quiero pasar esta noche contigo.
A Daniel se le borró el aire del rostro.
Fue mínimo, casi imperceptible… pero Ethan lo vio. Y Amanda también.
La palabra “rechazado” era un golpe directo al ego.
Ethan continuó, sin necesidad de levantar la voz.
—No la tocaste. No pasó nada. Y lo sabes. Lo que hiciste fue acosarla, manipular un video y luego pretender que eso te daba algún tipo de… derecho. Así que no, Daniel. No me importa algo que nunca ocurrió. Me importa lo que sí hiciste, y sabes que ella te puede denunciar.
Daniel tragó. No porque tuviera culpa — Daniel no conocía esa sensación— sino porque Ethan lo estaba diciendo en voz alta, con esa claridad que le quitaba el juego. Sin dejarle espacio para la mentira elegante ni para la pose de víctima.
Y por dentro, Daniel se revolvió. No le gustaba esa sensación. No le gustaba que el control se le escapara. No le gustaba que Ethan hablara como si tuviera autoridad moral… porque,