Damon avanzó dos metros más y luego se detuvo, escuchó el sonido lento y monótono de un par de unas botas acercándose, el guardia estaba en movimiento.
— Damon, cuidado. Si tienes que...
— Lo sé.
Damon dejó a Harper en el suelo, ella estaba exhausta, pero sus ojos estaban abiertos y fijos en la oscuridad.
— Quédate aquí respira profundo y no hagas ruido.
Él se movió en la oscuridad, su silueta se mezclaba con las sombras en las paredes, vio al guardia, era un hombre robusto con un uniforme gris y una linterna de mano moviéndose sin prisa, como si cumpliera una rutina.
Damon se pegó a la pared, esperando el momento, cuando el guardia pasó la esquina del corredor, se abalanzó sobre él.
No hubo gritos, y tampoco hubo disparos, solo el sonido de una respiración ahogada y un golpe sordo y amortiguado.
Damon no podía arriesgarse a una alarma, con un movimiento rápido y despiadado giró el cuerpo del guardia contra la tubería que estaba pegada a la pared, y aplicó una presión precisa en el cue