Estaba cansada de seguir ese desafortunado círculo vicioso en la que El Destino la había metido.

Busco incontrolablemente la mirada de su consejero, viendo Entre su iris azul y plateado la preocupación que mana de aquel hombre.

Con las manos lo empujó con lentitud hasta ser soltada por el mismo, como un alma en pena busco la comodidad de su cama, acostándose con lentitud en ella.

Eros la siguió con la mirada, luego fueron sus pies los que actuaron hasta qué sus propios pensamientos lo abandonaran por completo, fue su misma capacidad quien perdió el control de sus movimientos, siendo una marioneta a disipación de una mujer; se sentó a su lado sin importarle qué la reina estuviera pasando por un mal momento.

Bajo la cabeza apoyando los codos en las rodillas, sus dedos entrelazados Y la frente pegada sobre sus nud