Aquella noche se convirtió en las más salvajes de su vida, Nysa había perdido lo que la mantenía pura a la fuerza, y para aumentar su sufrimiento.
Su cuerpo aún dolía mientras aquel que juraba causarle placer la lastimaba.
Cerró los ojos, conectando su mente con la del lobo.
«Sky»
Llamó con dificultad, y por un momento, la luz de que desprende la lámpara de la tienda se desvanece, su vista se oscurece y su cuerpo cae entre el abismo de su alma.
Al tocar la base de mármol, logra ver su reflejo desnudo, levanta la mirada y el lobo aún está atado a las serpientes.
Alrededor el río rojo los conecta, detalla las escamas doradas de las bestias, la sangre del lobo con su redención, y el lugar en que su mente la dejó.
—¿Puedes oírme? —su voz rebotó haciendo eco —¿Sky?
No tuvo respuesta alguna más que la de un silencioso aleteo, su cabeza curiosa por sus pensamientos le indica levantar la mirada, fijándose en el hermoso blanco puro en que está.
No parecía haber escaparía alguna; sin embargo,