Seguí a mi hermano lejos de aquel lugar de dolor, y regresé al territorio donde él vivía. Allí, llevé una vida tranquila.
Me esforcé por olvidar el pasado, por olvidar a Liam, por enterrar todos esos recuerdos dolorosos.
Sin embargo, cada vez que la noche caía y todo se volvía silencioso, su rostro regresaba a mi mente, junto con los momentos hermosos que compartimos.
Ese día, estaba con mi hermano en el patio recogiendo hierbas cuando escuchamos que llamaban a la puerta.
Mi hermano frunció el ceño y fue a abrir.
Al abrir, Liam estaba ahí, arrodillado, con el rostro cubierto de sangre. Sus ojos estaban llenos de dolor y arrepentimiento.
Mi hermano lo reconoció de inmediato, y la rabia lo consumió. Le soltó un puñetazo sin dudarlo.
—¡¿Tienes el descaro de presentarte aquí?!
Liam no se defendió. Recibió el golpe sin moverse, arrodillado todavía.
—Solo quiero ver a Aurora una vez más. Por favor, te lo ruego.
Mi hermano se preparaba para golpearlo otra vez, pero me levanté y lo detuve. Mir