A CONTINUACIÓN SIGUE LA HISTORIA DE XIMENA Y ROBERTO La fiesta en la boda de Lula y Brad seguía su curso, la música retumbaba en el salón, las luces destellaban entre los rostros sonrientes de los invitados, pero Roberto no sentía nada de eso. Solo sentía un vacío doloroso, como un eco en su pecho, después de la muerte de Marito. El chico que había sido su alegría, su esperanza, y que ahora solo dejaba un recuerdo borroso de lo que pudo haber sido. Después de haber estado fingiendo estar bien, había llegado el momento de ser honesto consigo mismo, de rendirse ante su propio dolor. Caminó con paso lento hasta la barra, decidido a ahogar sus pensamientos en un trago fuerte. Allí, al otro lado del mostrador, encontró a Ximena, la mujer que lo había marcado a fuego, y pese a todo lo que había pasado últimamente no había podido olvidar. Ella estaba tan diferente, pero al mismo tiempo, seguía teniendo ese magnetismo, esa fuerza que lo atraía como un imán. Ximena llevaba un vestido dorado,