Mundo de ficçãoIniciar sessãoAl día siguiente, Violeta retomó su rutina en la universidad. Estaba emocionada por el nuevo módulo de repostería, algo que le apasionaba desde siempre. Se había esforzado mucho para equilibrar sus clases con el trabajo y su vida personal, pero lo hacía con amor.
Su grupo de compañeros era pequeño, cálido. Conversaban sobre ideas para el proyecto final mientras compartían risas y bocadillos. Entre ellos estaba Lena, una chica amable que siempre pedía consejos sobre recetas.
—¿Podrías prestarme tu sudadero un rato? —preguntó ella, frotándose los brazos—. Hace un frío terrible aquí.
—Claro —respondió Violeta, quitándose la prenda y entregándosela—. No me lo vayas a manchar de chocolate, ¿eh?
Lena soltó una carcajada.
—Prometido.
El resto de la tarde transcurrió sin incidentes. Las clases prácticas en la cocina universitaria fueron un éxito, y cuando el reloj marcó las nueve, la mayoría se fue. Violeta decidió quedarse un poco más para limpiar







