El regreso a Londres fue silencioso. La lluvia había cesado, pero el eco de la tormenta aún parecía seguirla en la mente. Violeta miraba por la ventana del automóvil, observando cómo el paisaje gris de las colinas se transformaba en calles concurridas, luces rojas de los semáforos y el inconfundible caos urbano de la ciudad.
A su lado, Ariel hablaba por teléfono y Ethan, sentado unos asientos más adelante, bromeaba con el conductor. Todo parecía normal, demasiado normal, después de lo que ella había escuchado la noche anterior.
"No son lo que parecen… Ten cuidado en quién confías."
Las palabras de Ethan seguían resonando con una claridad incómoda. ¿A qué se refería? ¿Era una advertencia sobre su entorno… o sobre Liam?
Intentó desechar el pensamiento, pero el gesto serio que él había tenido al decírselo la perseguía. Ethan siempre era amable, bromista, encantador. Pero esa noche… se había visto distinto. Más sombrío.
Suspiró, frotándose la sien. No quería imaginar cosas. Tal vez él sol